La Asociación Veciñal Pozovello de Arcade de Riba se resiste a que la pandemia interrumpa su pasión por las carrilanas. Por ello, a pesar de que este año no resulta posible organizar una competición por las empinadas cuestas del barrio, en las últimas semanas han realizado un taller en el que los más jóvenes han aprendido a construir estos "carros de bolas" y perpetuar así la tradición.

Las carrilanas tienen una larga historia en Soutomaior, así como en muchas zonas del rural de Galicia, donde estos artilugios con ruedas eran antiguamente la principal diversión de los chavales. "Era el juego que había", recuerda Daniel Álvarez, presidente de la asociación Pozovello e impulsor del taller, que tuvo lugar en su carpintería. "Cuando no había ni bicicletas, era lo que nos daba sensación de conducir y de velocidad", resume.

Esa tradición que se transmitía de padres a hijos recibió un espaldarazo con la organización de las bajadas de carrilanas durante casi 30 años en Soutomaior. En la última década el municipio hasta acogió pruebas oficiales de la Federación Galega de Deportes de Inercia.

Este año, tan diferente en tantos aspectos, los vecinos de Arcade de Riba se propusieron mantener vivo el interés involucrando a una decena de chicos en la construcción de los "carros de bolas", así llamados por el uso de rodamientos para que se puedan desplazar rápidamente.

En una primera sesión niños y padres visualizaron vídeos donde aprendieron las técnicas existentes en varios países para construirlas. Posteriormente se les pidió recopilar el material necesario, casi todo reciclado, y se pusieron manos a la obra, hasta hacer una decena de carros. "En los últimos días se los llevaron a sus casas para probarlos y ahora los están decorando", explica Daniel Álvarez.

Aprovechando el taller, los veteranos elaboraron un "troncomóvil" hecho de madera de castaño, del que están tan orgullosos que lo han dejado expuesto en un parque del barrio. Próximamente harán una bajada "testimonial", sin público para evitar aglomeraciones, pero que grabarán en vídeo para que quede como prueba de que las carrilanas se mantuvieron en 2020.