A pesar de que sea una buena noticia que las obras de mejora de la seguridad viaria en la PO-552 arranquen dentro de poco, tal y como informó la Axencia Galega de Infraestructuras esta semana, desde el Concello de Nigrán se preguntan si las alegaciones presentadas a la Xunta sobre este proyecto se tendrán en cuenta. Por ello, piden al gobierno autonómico que les informe sobre el estado de las alegaciones presentadas que fueron consensuadas entre toda la corporación.

Entre las peticiones que se enviaron a la Axencia Galega de Infraestructuras el pasado 7 de marzo, destaca la de que se suprima la gran rotonda proyectada en la calle Mestra Emérita, en Priegue, ya que consideran que no es una zona con especial riesgo de accidentes y la inversión y el efecto en el terreno que conlleva son totalmente desproporcionados con respecto a los supuestos beneficios, teniendo en cuenta que se contempla un muro de contención sobre el curso del río Vello. "Estamos hablando de más de 300.000 euros para construir una gran rotonda totalmente innecesaria y con impacto medioambiental muy negativo, por lo que desde el Concello pedimos que ese dinero se invierta en medidas adicionales de seguridad en tramos peligrosos de la PO-552 donde no había nada previsto", explica el regidor.

Entre las medidas a mayores que reclamó el Ayuntamiento, y que no se contemplan en el proyecto, se encuentra una mejora de accesibilidad peatonal en el entorno de Ureca, ya que actualmente solo dispone de un único itinerario peatonal muy complejo y es una zona muy transitada dado que desde allí se entra a la ruta del río Muiños y a las instalaciones deportivas. También se reclama que se mejore la seguridad en la curva de la PO-552 a la altura de Camiño das Angustias y Camiño da Cal, punto de alta concentración de accidentes por culpa de la alta velocidad con la que acceden los vehículos a pesar de tratarse de una pendiente descendente con un trazo complicado.

Además se pide que se mejore la seguridad en el cruce entre Manuel Alonso, Camiño Vello y Vilameán, ya que la confluencia de estas calles está insuficientemente regulada mediante semáforos y requiere, según explica el gobierno local, una reordenación que facilite a los conductores la circulación.