Agentes sociales del territorio del Miño consideran necesario que la administración gallega y portuguesa firmen un convenio transfronterizo de emergencias y aumenten su coordinación en la lucha contra el fuego. Así lo manifestaron representantes de entidades económicas, sociales y culturales, y personal técnico y político de ambas márgenes del río durante la celebración de la primera mesa sectorial de participación para elaborar la "Estratexia de Cooperación do Río Miño Transfronteirizo 2030", un documento que servirá de guía para desarrollar el territorio.

La primera mesa de trabajo de la Estrategia, titulada "A gobernanza no territorio transfronteirizo", se desarrolló este lunes en el edificio Área Panorámico de Tui y contó con más participación de la prevista por la organización -la Agrupación Europea de Cooperación Territorial (AECT) Río Minho-, que definió la convocatoria como "un éxito". El encuentro fue la primera reunión interactiva en la que los agentes socioeconómicos de la zona pudieron expresar sus inquietudes y propuestas sobre el futuro del entorno del Miño. Sobre la mesa se puso el debate del papel que deben jugar las diferentes administraciones e incluso la propia AECT en los problemas de la población transfronteriza.

En el caso de las emergencias, los asistentes consideraron prioritario tener una mayor coordinación entre la parte gallega y lusa, poniendo como ejemplo el caso del paracaidista que tenía que ser rescatado al tener problemas cuando sobrevolaba el territorio transfronterizo: en tierra no salía ningún equipo de rescate de ninguna de ambas márgenes porque los mandos consideraban que la emergencia no entraba dentro de sus competencias ni ámbito de actuación.

Por otra parte, también se trató la importancia de disponer de una acción coordinada y conjunta en el ámbito de la lucha contra el fuego, una política forestal global que aborde tanto medios y equipaciones de extinción como líneas para la prevención. En el debate se recordaron los fuegos del pasado año, cuando las llamas sobrepasaron el río Miño desde la parte portuguesa llegando con una gran virulencia a la provincia.