"¡Necesitamos restablecer nuestras vidas cuanto antes!" es la demanda que ayer expresó alto y claro Lupe Pérez, la portavoz de la plataforma de afectados por la explosión de la pirotecnia del barrio de A Torre, en Paramos (Tui), ocurrida el pasado 23 de mayo, con la pérdida de dos vidas, más de treinta personas heridas y decenas de casas derruidas.

Un minuto de silencio por el matrimonio fallecido, Abdelkhalek el Bouabi Hailas y Ezzoura Bouadel, que deja a dos niños huérfanos, fue el preludio del manifiesto leído por la portavoz, situada detrás de una pancarta que decía "Afectados explosión. Solución!!!". Ante la catedral de Tui, habló para cientos de personas que llenaron la Plaza de San Fernando, protegiéndose de la lluvia con paraguas. "Hasta el cielo llora", se escuchó decir.

La ayuda solidaria que recibieron en un primer momento, y que agradecen (bomberos, ambulancias, etc.), no ha resuelto el drama de cada una de las familias, sin casa, sin nada de lo que guardaban en ella. "Tenemos muchas dificultades, hay familias que se han quedado sin hogares, sin negocios, estamos en situación de desamparo; la solidaridad es muy grande, pero necesitamos medidas excepcionales por parte de las Administraciones", expuso. "Sólo queremos las viviendas que ya teníamos". Pide que las Administraciones agilicen excepcionalmente los trámites y les apoyen en esta situación de emergencia. "¡Queremos soluciones!", dijeron todos. Pidieron que el Sergas destine un psicólogo al centro de salud de Tui, para que los afectados que necesitan esta atención no tengan que desplazarse. Es urgente que alguien asuma la competencia del desescombro en la zona, para poder empezar a arreglar.

Cerca de la zona cero, está su casa que se quedó sin ventanas ni puertas. En estos momentos "vivo con mi mujer e hijos en una casa de alquiler". No allí cuando ocurrió la explosión. Han solicitado ayudas, pero "todo va muy despacio". Vecina de Guillarei, pero nacida en Paramos, cuenta que la casa "era mi segunda vivienda y la tenía alquilada al matrimonio que falleció", explica. "El dolor que siento es muy grande, fallecieron dos personas y ya no tengo la casa que tenía". Pilar González y su marido se quedo sin casa y sin dos coches. "Estábamos en casa ese día y la explosión nos mandó por el aire. Es indescriptible". No sabía que pasaba y pensó que "había caído un avión". Viven con su hermana.