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CONDADO PARADANTA

Las Naciones Unidas reconocen el monte de Santiago de Covelo por su ejemplar gestión comunal

Sus 700 hectáreas son de las primeras de la Península en entrar en el registro internacional ICCA -Están regenerando el bosque autóctono

Las Naciones Unidas reconocen el monte de Santiago de Covelo por su ejemplar gestión comunal

El monte vecinal de Santiago de Covelo ha sido reconocido por la ONU al entrar a formar parte del registro ICCA, que elabora el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, una abreviatura usada para referirse a nivel internacional y de forma genérica a todos aquellos territorios y áreas conservadas por comunidades locales. En concreto esta lista reconoce los mejores ejemplos de la gestión comunal del territorio por parte de sus habitantes. Según indica el presidente de la comunidad, Alexandre Cendón, el monte vecinal de Santiago de Covelo, junto con el de Froxán, en Lousame, son las primeras áreas de la península Ibérica y las terceras en Europa en alcanzar este reconocimiento.

Las tres principales características que define una ICCA son una comunidad bien definida y vinculada al territorio (vecinos, gremios o asociaciones de un determinado sector), un sistema propio de gobernanza y toma de decisiones que tenga en cuenta la participación de la mencionada comunidad y un compromiso de conservación y uso sostenible del hábitat para evitar daños o deterioro medioambiental. Y todo esto, precisamente, lo cumple el monte vecinal en mano común de Santiago de Covelo, según confirma el Cendón, quien asegura que "la unión de las funciones ecológica, social y productiva para una gestión perdurable" son los tres ejes que marcan el quehacer de esta comunidad, "a partir de ello, y con los vecinos como protagonistas, su gestión forestal camina por la senda de la sostenibilidad", añade.

Cendón define el monte comunal de la parroquia de Covelo como "una mezcla de un monte deforestado en su historia más reciente por el sobrepastoreo, la presencia de plantaciones de pinos y el paisaje accidentado". De sus 700 hectáreas de superficie, la mitad se corresponden con masas arbóreas compuestas por plantaciones, bosques de ribera y pequeños bosques autóctonos incipientes de regeneración natural, mientras que la otra parte está compuesta por superficies de matorral y grandes extensiones de prado. El presidente de la comunidad asegura que "el abandono mayoritario de la actividad ganadera y la introducción de la silvicultura están favoreciendo un nuevo renacer del monte, abriéndose un escenario renovado a los campos social, ecológico y productivo, así la producción de madera se conjuga con el aprovechamiento ganadero de un modo simbiótico".

En la mejora y conservación de la propiedad comunal se atiende al mantenimiento de las plantaciones, al cuidado de la red de caminos, a la protección y restauración de los bienes arqueológicos y etnográficos y a la preservación de la biodiversidad, "llevándose a cabo incluso un estudio del medio natural para saber qué tipo de hábitats conservar y qué especies de flora y fauna están presentes".

Con todo, las labores en esta comunidad tienen en cuenta el patrimonio histórico propio. Así, se realizó una catalogación de varios sepulcros prehistóricos, petroglifos, un castro y hasta un asentamiento romano, incluyendo también en el mismo estudio el legado etnográfico, registrando cruces de piedra, grabados, puentes pequeños, molinos y pozas de regadío.

Una de las batallas a combatir son los incendios forestales. Para ello llevan a cabo un programa de cuidado y regeneración del bosque autóctono y trabajos de rozas y silvícolas. Junto a ello, la comunidad también apuesta por la erradicación del eucalipto, "cuyas zonas son escasas y han sido sustituidas por plantación de abedules".

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