El promotor de la casa terapéutica de Bugarín, en huelga de hambre para salvarla

Eduardo Hernández Rúas, promotor del proyecto Frades, un casa terapéutica para atender a enfermos psíquicos en convivencia, inició el domingo una huelga de hambre -él lo denomina ayuno voluntario- ante la iglesia de Ponteareas. Reclama comprensión vecinal ante el proyecto de la granja terapéutica de Bugarín, ubicada en la casa rectoral, y después de que los vecinos denunciasen que los perros de la entidad habían atacado a ovejas y gallinas.

Hernández Rúas, a quien se le conoce popularmente como Yayo, asegura que los perros son una excusa para echarlos de allí "porque a los vecinos nunca le hemos gustado" e indica que no puede deshacerse de los animales pues son parte de la terapia.

La Asociación de Vecinos de Bugarín asegura, sin embargo, que no tiene nada en contra del grupo establecido en la casa Rectoral, "al contrario alabamos la labor que se realiza de cuidado a estas personas enfermas".

Tras esto indican que el problema viene dado "por la actitud beligerante de la persona responsable del grupo y los perros de su propiedad, que si bien en este momento son cuatro este número era mucho mayor hace pocos días. Estos perros atacan a los animales del vecindario e incluso a las personas, dándose el caso que los niños deben ir a otra parada de autobús para no pasar por delante de la casa, ya que están sueltos a cualquier hora".

Muerte de ovejas

La asociación Dar Máis, responsable de la granja terapéutica y de la que Fernández Rúas es un miembro más, ha tenido que indemnizar a varios vecinos por la muerte de algunas ovejas, según informa la asociación vecinal.

"En este momento tienen causas pendientes por el ataque a otros animales, que han llegado a entrar en los gallineros situados dentro del recinto de casas particulares", añaden.

"Esta asociación de vecinos llegó hace dos meses a un acuerdo por escrito con la portavoz del grupo de que se desharían de los perros más peligrosos, dejando uno o dos pequeños ya que dicen utilizarlos como terapia en sus tratamientos, para lo que no es necesario perros de 30 kilos. Este acuerdo no se cumplió y en los últimos días los ataques se han recrudecido", explican.

"No comprendemos la actitud beligerante de Eduardo Hernández que es la persona responsable y que en todo momento es amenazadora, contrariamente al grupo que dirige que se comporta con normalidad".

Los vecinos indican que este problema fue puesto en conocimiento del obispo con el que se han tenido varias entrevistas y conversaciones, exclusivamente al objeto de que los perros no causen problemas a los vecinos, bien permaneciendo dentro de su finca o reduciendo su número y características.

"Nos consta que el señor obispo contactó con los dirigentes de la Asociación Dar Mais, sin conseguir que Eduardo adopte una actitud de convivencia normal entre vecinos".

Añaden que la Asociación de Vecinos de Bugarín "sólo pretende vivir con tranquilidad y que los niños puedan jugar en la calle como en cualquier aldea y los adultos puedan transitar sin sufrir el ataque de los perros".