El fin de una tradición: sin canteranos celestes por primera vez en 15 años

El Celta presentó un once sin jugadores formados en el club por primera vez desde 2008

Foto de familia del once sin canteranos que ayer inició el partido contra el Almería.

Foto de familia del once sin canteranos que ayer inició el partido contra el Almería. / Ricardo Grobas

La apuesta por la cantera ha sido uno de las señas de identidad del Celta desde la temporada 2008-09 cuando, de la mano de Eusebio Sacristán, el equipo celeste apostó por el talento de la casa para devolver al equipo a Primera División. Desde el 13 de diciembre de 2008 siempre ha habido al menos un futbolista de la casa en el once de conjunto celeste.

Esta tradición se rompió ayer frente al Almería después de 675 partidos. Rafa Benítez optó por no utilizar de partida a ningún futbolista de la cantera por primera vez en quince años y dos meses. La baja de Iago Aspas, el futbolista que mejor ha representado el talento propio, fue clave en la decisión del técnico madrileño. Sin Aspas en la ecuación, Benítez contaba con Iván Villar, desde octubre suplente de Vicente Guaita en la portería, Kevin Vázquez, tercera opción para el lateral derecho, y Carlos Domínguez como candidatos para mantener la tradición, pero prefirió optar por otras alternativas.

La ausencia de gente de la casa por primera vez en el once céltico en más de 15 años confirma la descapitalización de la cantera que el Celta ha venido sufriendo en los últimos años. Desde el retorno del equipo a Primera División la cantera constituyó una parte esencial del once céltico, llegando a constituir la columna vertebral del equipo que alcanzó con Eduardo Berizzo la semifinal de le Europa Legue. Además de Aspas, el mejor delantero español de LaLiga en la última década, destacaban gente de tanta importancia en como Hugo Mallo, Jonny Otto o Sergio Álvarez, actualmente en el consejo de administración del club. A esta hornada de canteranos se unieron luego otros como Rubén Blanco, que se alternó en la titularidad en la portería con Sergio. Llegó luego, de la mano de Juan Carlos Unzué, Brais Méndez, y dos temporadas después, con la denominada Operación Retorno, se incorporaron Denis Suárez y Santi Mina, dos talentos formados en A Madroa que el Celta no había sido capaz de retener en el pasado y que, por distintos motivos, se vieron abocados a dejar el Celta por la puerta de atrás.

Las ventas de Brais y Rubén Blanco, el conflicto con Carlos Mouriño que propició el ostracismo y la marcha de Denis, la condena por abusos sexuales que desembocó en el despido de Santi Mina y la decisión de no renovar su contrato de Hugo Mallo han dejado bajo mínimos el protagonismo de la cantera en el primer equipo celeste.

Aunque nuevos valores afloran desde el filial, algunos de ellos, como Carlos Domínguez, Miguel Rodríguez o Hugo Sotelo, con protagonismo ya en Primera División, la venta de Gabri Veiga, últmo gran referente de A Madroa, y la llegada de un buen número de jóvenes fichajes ha frenado el aporte de talento local al primer equipo. El Celta dispone este curso de un plantel más amplio. Con la llegada de los tres fichajes invernales, el conjunto celeste tiene las 25 plazas cubiertas con un número cada vez más reducido de canteranos con opciones de ser titulares con Rafa Benítez quien, tras ser preguntado por la posibilidad de arrancar sin canteranos frente al Almería se limitó a señalar: “En mi once existen los que yo creo que está mejor. Cualquier aficionado que recuerde la final de Copa de 2001 cuando miras la alineación...Tienes que poner a los que tú crees que son mejores y ya está”.