El Celta esquiva otra bala

El club celeste sobrevive a la visita del campeón en un duelo final de infarto resuelto felizmente con un providencial doblete de Veiga

Renato Tapia conduce lapelota ante la oposición de Sergi Roberto.   | // ALBA VILLAR

Renato Tapia conduce lapelota ante la oposición de Sergi Roberto. | // ALBA VILLAR / j. bernardo

A falta de Iago Aspas, impedido de la espalda, el Celta encontró su particular salvador en Gabri Veiga, la nueva perla canterana, que salió al rescate del equipo con un providencial doblete en un duelo final que Balaídos vivió con el corazón en un puño. Esquiva el Celta otra última bala en una jornada de infarto, ganando su partido al campeón de Liga, que no hizo sangre, pero tampoco dio facilidades.

El Celta, que arrancó con un once irreconocible, tuvo la virtud de controlar el miedo, el acierto de ponerse por delante después de que el árbitro anulase un gol a Kessie por cuestión de centímetros y la suerte de encontrar los goles en el momento preciso, el primero a pocos minutos del descanso tras un robo de Mingueza que Seferovic prolongó para que Gabri cruzase la pelota lejos del alcance de Ter Stegen y el segundo con afortunado centro-chut del louriñés que se coló pegado a la escuadra haciendo inútil la estirada de Iñaki Peña. Un último e inestimable servicio de Gabri al club de sus amores antes de salir en el próximo mercado como la venta más alta de la centenaria historia celeste. Vaya donde vaya, el chico es ya patrimonio mundial de este club Le ha bastado un año. Sus lágrimas en el banquillo, donde vivió al borde de un ataque de nervios el tramo final del partido, constatan la enorme emoción y sentimiento que le embargaban.

un once irreconocible

Eligió Carvalhal un once sorprendente, irreconocible y nada tranquilizador, con gente que apenas ha participado a lo largo del curso y un puñado de jugadores que no van a seguir el próximo año. Mingueza relevó en el lateral diestro a un Hugo Mallo que en los últimos meses ha desertado de su papel de capitán y se despide por la puerta trasera, como si la cosa ya no fuese con él. Una decisión acaso comprensible tal vez en lo deportivo por lo convincente que ha sido el barcelonés cuando ha jugado y lo poco que ha dado Mallo este año y que describe el pobre momento futbolístico y la baja implicación de un futbolista que ha marcado época en el Celta.

Más asombrosa fue aún la decisión de enviar al banquillo a Renato Tapia, uno de los pocos tipos que imprime carácter y tiene experiencia para jugar estos partidos, para entregar la responsabilidad de sujetar a Lewandowski al joven Carlos Domínguez, defensa de interesante futuro, pero sin ritmo alguno de competición tras no haber jugado casi nada con el filial y solo 17 residuales minutos con el primer equipo.

Con Aspas relegado al papel de revulsivo por sus problemas de espalda, Carvahal prefirió a un tipo que lleva semanas de vacaciones y estuvo permanentemente en fuera de juego, como Seferovic, a un guerrillero como Larsen, completó su estrafalario puzzle dando continuidad a un Luca de la Torre que últimamente no se sabe si va o viene y un Óscar Rodríguez que lleva desaparecido toda la temporada.

cuestión de centímetros

Aunque el Barça no se esforzó por hacer sangre, el Celta se salvó del drama por una decena de centímetros, los que separaron la bota de Kessie del fuera de juego. Felizmente para el Celta, el VAR que tantas veces le ha perjudicado esta temporada invalidó el tanto del costamarfileño a los diez minutos de que el balón echase a rodar y que habría dibujado un escenario muy diferente de partido, con el agravante de los problemas crónicos que este equipo tiene para reaccionar (y más en una situación tan límite como la de ayer) cada vez que el rival se pone por delante en el marcador.

gabri que estás en los cielOS

El partido cambió en cuanto Gabri apareció en el momento oportuno y en el lugar correcto para abrir el marcador. a cuatro minutos del intermedio en la mejor acción del conjunto celeste en todo el encuentro: Mingueza robó en medio campo con un gran movimiento de anticipación y combinó con Seferovic y este prolongó el balón al área para la carrera de Veiga que, sobre la marcha, lo cruzó lejos del alcance de Ter Stegen, impidiendo al guardameta alemán superar a Paco Liaño en número de porterías a cero en una temporada.

xavi no da el brazo a torceR

Xavi quiso dejar claro que el Barça no venía a Balaídos de paseo y recurrió a todo la artillería que le quedaba en el banquillo, que no era mucha. Entraron primero Gavi y más adelante Ansu Fati y Dembelé en busca de la remontada, pero antes de que pudiesen hincar el diente a los celestes, Veiga anotó el segundo y el cielo se abrió para el Celta.

ejercicio de supervivencia

El conjunto vigués manejó más o menos bien los tiempos hasta que el gol de Ansu Fati convirtió los últimos diez minutos de partido en un ejercicio de supervivencia, ya con Tapia, Kevin, Cervi y Aspas (que apenas intervino en el juego) sobre el césped. Los celestes lograron contener los nervios para resistir el último arreón del conjunto azulgrana, que rondó el área de Villar, pero no fue capaz de generar ocasiones de gol como para merecer empatar el encuentro. La permanencia es un hecho, pero el feliz desenlace del curso no oculta los graves problemas de planificación y gestión de recursos que han estado apunto de dar (por tercera vez en el último lustro) con el equipo en el fondo del hoyo.