Los más jóvenes compiten como adultos

El resultado, por tanto, difícilmente podía ser otro si ninguno de los dos equipos cometía un error que no apareció y el público tuvo que conformarse con un partido disputado e intenso pero con escasas o casi nulas oportunidades de gol.

A pesar de todo, el encuentro no pudo empezar mejor para el conjunto de Claudio Giráldez, que en su primera toma de contacto con el balón conseguía llevarlo al fondo de la portería de Mackay. Fue gracias a una genial acción individual de Lauti para bajar un balón y, con un sutil regate romper la cintura de Jaime para colarse en el área coruñesa y plantarse mano a mano ante Mackay. El meta deportivista detuvo hasta en dos ocasiones los intentos de Lauti pero en la segunda el rechace llegó a Iker Losada, que ya no perdonó y con un potente cabezazo inauguró el marcador.

La celebración de los jóvenes valores de la cantera céltica provocó la lluvia de objetos al campo por parte de los aficionados del Deportivo desplazados a Vigo y que el encuentro se interrumpiese durante más de cinco minutos.

El Celta B no se enfrió y retomó el partido tal y como lo había dejado, muy centrado y con mucha intensidad en todas las disputas. Sin embargo, el conjunto de Borja Jiménez poco a poco se fue sacudiendo la asfixiante presión alta de los locales y, a través de la posesión del balón, obligó a los pupilos de Claudio Giráldez a retroceder metros.

Además, Narro, con un centro que se envenenó y acabó estrellándose en el palo de la meta viguesa, daba el primer aviso serio. Eso sí, los minutos seguían sucediéndose sin que ni unos ni otros lograran acercarse con cierta sensación de peligro a la portería rival.

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Todas las imágenes del encuentro entre en Celta B y el Deportivo (1-1) en Balaídos Ricardo Grobas

Hasta que Ibai encontró el hueco para poner un medido pase a Villares, que con un potente disparo raso superaba a Cristian Joel para empatar el encuentro a cinco minutos para la conclusión de la primera parte.

Al descanso se llegó sin mayores novedades y la reanudación del encuentro no parecía ofrecer tampoco cambios significativos. Ni de hombres ni de intenciones. El respeto entre ambos conjuntos era demasiado grande para arriesgarse a cometer un error que, sin duda, se pagaría muy caro.

Por eso, el balance ofensivo era muy escaso. Prácticamente nulo. Por parte visitante, un lanzamiento desde la frontal de Soriano ligeramente desviado y por los locales, un remate fallido de Miguel tras una falta lateral colgada al área.

Los cambios animaron un poco el encuentro y mejoraron sobre todo a un Celta B que empezó a tener más presencia en ataque. Javi Gómez, el primero en saltar al césped, logró llegar hasta línea de fondo y poner un peligroso centro al que no llego por muy poco Lauti mediada esta segunda mitad.

Poco después fue Javi Domínguez el que obligó a esforzarse a Mackay para despejar un cabezazo suyo en una falta lateral. Precisamente, en ese rechace reclamaría Iker Losada un posible penalti del propio Mackay pero el árbitro anuló la acción por fuera de juego previo.

El filial empezaba a sentirse cómodo presionando en campo rival y acercándose poco a poco a la portería coruñesa pero un error en la salida de balón de Carlos Domínguez permitió a Villares encontrar un hueco semejante al que le permitió firmar el 1-1. Pero afortunadamente para los intereses del Celta B esta vez su remate se estrelló en el larguero.

Con los dos equipos dando ya por bueno el punto, Pablo Duran corrió un balón largo que parecía inalcanzable y, en posición escorada, logró sacar un disparo cruzado que Mackay detuvo en dos tiempos con bastantes apuros.