Hace días Neto tenía todos los boletos para convertirse en el refuerzo para la portería que demandan Eduardo Coudet y la lógica ya que tras la salida de Rubén Blanco el club solo tiene a Iván Villar para la inminente temporada.

Pero la resistencia del Barcelona a resolver la situación de Neto (tratan de negociar la rescisión de su contrato mientras el meta reclama que se le pague la totalidad del año de contrato que le queda con el club azulgrana) ha demorado el proceso. Eso ha permitido la entrada de otros elementos en escena. Surgieron equipos nuevos interesados en el meta (el Nápoles en Italia, el Fulham en Inglaterra...) y también eso permitió al Celta reflexionar sobre el paso que estaba a punto de dar y de paso sondear otras opciones de porteros más jóvenes que el brasileño (que tiene 32 años) y con contratos menos exigentes (en Vigo Neto se convertiría en uno de los jugadores mejor pagados de la plantilla). Y finalmente las partes asumieron que Neto no jugará en el Celta. En Vigo ya trabajan en otras opciones mientras el brasileño se debate ahora entre la opción de jugar en Italia o hacerlo en Inglaterra.

Lo curioso del caso es que si el Barcelona hubiera sido más diligente a la hora de solucionar la salida de Neto, lo más probable es que el portero hubiera recalado en el Celta. Pero estos días de bloqueo han cambiado el panorama de forma radical. En Vigo, de todos modos, no creen que vaya a demorarse en exceso la llegada del guardameta.