Poco más de cuarenta días han pasado desde que el Celta despidió la temporada 2021-22 en el estadio de Balaídos, siendo esta la última en la que había restos de la "vieja curva" de Marcador en pie.

Desde la finalización del campeonato liguero el ritmo de trabajo en este fondo se ha incrementado, especialmente desde la retirada por completo de la estructura en derribada en marzo.

Avance de las obras de la grada de Marcador durante el Celta-Alavés del pasado 7 de mayo X. Fernández

El 7 de mayo y mientras se jugaba el Celta-Deportivo Alavés, la nueva grada apenas había alcanzado su primera altura en dos tercios del total, colocándose los primeros pilotes en la parte central.

Sin embargo, en un mes y medio se ha alcanzado la segunda altura de toda la grada e incluso se puede intuir la conexión con Tribuna. Este nexo con la grada ya finalizada es uno de los puntos "calientes" de la reforma ya que permitirá convertir todo el estadio en un único anillo.

Estado de la obra de la grada de Marcador el 21 de junio X. Fernández

De esta forma, el celtismo mira con optimismo este acelerón a una obra con notables retrasos desde el inicio de los trabajos.

Y es que entre las dudas a despejar de la nueva campaña de abonados que el club dará a conocer mañana al mediodía está el uso que se le dará a esta obra después de dos temporadas sin aficionados.

Los plazos del Concello apuntan a finales de este año y enero de 2023 para la finalización de la estructura y la obra, por lo que estaría para la segunda vuelta.

El nuevo fondo y sus 6.418 localidades estarán situados junto al terreno de juego, por lo que vivirá un aumento de precios similar al de Preferencia al convertirse en Tribuna Baja.

El ritmo de las obras continúa a velocidad de crucero, especialmente con la pavimentación en la parte más próxima a la Avenida do Fragoso.

Además, se ha iniciado la colocación de cimientos en los sectores junto a la grada de Río, donde los trabajos se iniciaron más tarde al albergar los generadores eléctricos y otras instalaciones básicas.