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Javi Gómez celebra el segundo gol.

El Celta B gana un derbi adulto

El filial se reencuentra con el triunfo en el mejor escenario y ante el mejor rival posible gracias a un golazo de Javi Gómez en el último suspiro

Después de dos derrotas consecutivas ante rivales de la zona baja de la tabla, el Celta B se reconquistó a sí mismo y el corazón de su afición de la mejor manera posible. El partido y el ambiente invitaban a ello. Un derbi contra el Deportivo, ahora en horas bajas y obligado a enfrentarse en Balaídos no a su máximo rival si no a su equipo filial. Un estadio con más de 9.000 espectadores en las gradas y cerca de 600 aficionados herculinos. Y el conjunto de Onésimo con ganas, muchísimas ganas, de confirmar a los suyos que la abultada derrota encajada en Riazor (5-0) en el encuentro inaugural de la temporada no fue más que un accidente. Un mal día.

La victoria, además, tuvo todos los condicionantes para hacerla aún más sabrosa. Los célticos se adelantaron en una primera mitad que dominaron casi por completo. Sufrieron en una segunda parte en la que los coruñeses acabaron empatando. Revivieron casi a continuación con la segunda amarilla a Quiles que les permitió afrontar los últimos veinte minutos en superioridad numérica. Y saltaron de alegría con el disparo de Javi Gómez a la escuadra para dar más brillo al triunfo con un soberbio golazo.

Tres puntos que, por si fuera poco, mantienen a los vigueses en su privilegiado puesto de play off de ascenso y que, como premio añadido, dejan al máximo rival prácticamente ya sin opciones de lograr el ascenso directo.

Una alegría sólo empañada en parte por los incidentes tras el pitido final, con empujones y salidas de tono entre célticos y deportivistas y Gabri Veiga y Mackay como principales protagonistas. Un espectáculo que terminó de encender los ánimos y derivó en la posterior invasión de campo por parte de la hinchada local para “saludar” y burlarse de los seguidores visitantes, teniendo que ser disuelta por la Policía Nacional.

En lo importante, lo sucedido sobre el césped durante los más de noventa minutos de juego, el Celta B se adjudicó con claridad la primera parte. Onésimo apostó de inicio por un once con Miguel Rodríguez y Fabricio en punta de ataque y Alfon y Gabri Veiga por bandas, buscando explotar tanto la velocidad como la capacidad de los dos delanteros para aguantar el balón y esperar la llegada de otros compañeros.

El Deportivo, por su parte, empezó el partido intentando presionar arriba pero los vigueses se encontraban cómodos con el balón y conseguían circularlo con rapidez y precisión, plantándose con facilidad y sensación de peligro en las inmediaciones del área rival.

La primera oportunidad realmente clara llegó en una buena acción individual de Pampín en banda izquierda, desbordando a su par para llegar a línea de fondo y poner un pase atrás que, tras tocas en un defensa, acabó en los pies de Miguel, que disparó excesivamente cruzado. Sin embargo, la pelota no salió por la banda, la acción continuó y Alfon puso un centro al área que el propio Miguel, en buena posición y libre de marca, quiso ajustar demasiado y cabeceó fuera por poco.

La doble oportunidad céltica aplacó el ánimo en la presión del Deportivo. Además, Castro se encargó, poco antes del cuarto de hora, de echar otro jarro de agua fría a los visitantes con un centro desde la derecha en el que Fabricio se adelantó a los centrales para rematar al fondo de la portería de Mackay y firmar el 1-0.

Los jugadores del Celta B celebran la victoria.

Pese a todo, el conjunto de Borja Jiménez pudo reacción gracias a una buena acción individual de Juergen, que provocó una peligrosa falta en la frontal del área céltica. Pero Aguirre lanzó demasiado alto desperdiciando una gran oportunidad.

Mientras, el Celta B seguía cómodo y generando peligro cada vez que imprimía velocidad a su juego. Así, una combinación entre Miguel y Gabri permitió al de Mos encontrar a Holsgrove al borde del área. El escocés logró controlar y girarse para sacar un potente tiro que se estrelló en el lateral de la red.

La respuesta deportivista llegó con una doble oportunidad a la media hora de juego. Primero fue Quilmes el que lo intentó con un disparo ligeramente alto. Apenas unos instantes después fue Aguirre el que, después de dos buenos recortes, probó a Gaizka Campos para encontrarse con una gran intervención del meta local.

Los pupilos de Onésimo entendieron el mensaje y optaron por posesiones más largas para enfriar el partido. De este modo, entre los “olés” del público, en una gran salida de balón desde atrás en banda derecha para acabar con un centro desde la izquierda de Pampín, Fabricio estuvo a punto de repetir la acción del 1-0 pero esta vez llegó más forzado y su remate se fue fuera.

Eso sí, instantes antes del descanso, Gaizka se volvió a convertir en protagonista con otra sensacional mano abajo para despejar un tiro raso cruzado de Quiles y mantener a los vigueses en ventaja al descanso.

En el intermedio, el Deportivo ajustó posiciones, volviendo a defensa de cuatro, y el partido cambió. Cierto es que pudo hacerlo completamente en la primera jugada, en la que la fe de Fabricio acabó permitiendo a Miguel poner un peligrosísimo centro raso que se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador.

A partir de ahí, el partido se inclinó hacia el área céltica. Además, a Onésimo se le acumulaban los problemas. Primero, con la lesión de Pampín. Luego, con la de Miguel, que a punto estuvo de costar cara al no interrumpirse el juego y estar varios minutos con un jugador menos los célticos. Y para acabar, con la de Fabricio, en la que se repitió el guión y, para colmo, ahora sí los visitantes aprovecharon esos instantes con uno más para empatar.

Fue en una acción en banda en la que William salió airoso del acoso de dos defensores para acabar entrando en el área, cayendo ante la entrada de Carlos Domínguez. El árbitro no dudó y señaló un penalti que Quilmes, con un buen lanzamiento, transformó en el 1-1 a pesar de que Gaizka adivinó el lado de su lanzamiento.

El Deportivo tenía el partido donde quería. Además, unos instantes después, Quilmes recibía un buen balón para quedarse mano a mano ante el meta céltico. Pero el control se le marchó ligeramente largo y en su intento de regate acabó dejándose caer para buscar el penalti. Sin embargo, lo que encontró fue la segunda tarjeta amarilla y el camino de los vestuarios antes de tiempo, dejando a los suyos con uno menos para los últimos veinte minutos.

En inferioridad numérica, los herculinos dieron por muy bueno el empate y replegaron líneas, regalando por completo el balón a los vigueses. El Celta B, por su parte, buscaba el premio gordo pero sin ideas e incapaz de superar a un rival bien plantado. De hecho, el bagaje ofensivo de este tramo del encuentro se limitó a un centro de Javi Castro que acabó envenenándose y Mackay tuvo que despejar a córner.

Así, parecía que el partido iba a finalizar sin que ninguno de los dos equipos pudiera marcharse para casa totalmente contento cuando Javi Gómez recogió un balón un poco más atrás de la esquina del área. Un sutil toque para abrir el hueco necesario y cargar rápido la pierna izquierda antes de conectar un inapelable zurdazo a la escuadra. Un golazo para llenar de alegría las gradas de Balaídos y para sellar el triunfo del filial sobre el máximo rival. El mejor broche posible para una histórica victoria en el derbi.

Ficha técnica

Celta B: Gaizka Campos; Castro, Álex Martín, Carlos Domínguez, Diego Pampin (Medrano, min.57); Alfon (Beitia, min.63), Carbonell, Jordan Holsgrove, Gabri Veiga (Iker Losada, min.68); Miguel Rodriguez (Javi Gómez, min.63) y Fabricio (Lauti, min.68).

Deportivo: Mackay; Aguirre (William, min.58), Lapeña, Jaime, Borja Granero, Héctor Hernández; Álex Bergantiños (Doncel, min.88), Juergen, Villares, Mario Soriano (Josep Calavera, min.80); y Quiles.

Goles: 1-0, min.12: Fabricio; 1-1, min.67: Quilmes, de penalti; 2-1, min.86: Javi Gómez.

Árbitro: Antonio Arberola Rojas (comité castellano manchego). Amonestó a los locales Álex Martín y Carlos Domínguez y a los visitantes Héctor Hernández y Quiles, en dos ocasiones por lo que fue expulaso (min.71). Tarjeta roja directo al jugador céltico Ruly García cuando estaba en el banquillo (min.71).

Incidencias: Vigésimo novena jornada Grupo 1 Primera RFEF. Balaídos. Más de 9.000 espectadores.

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