El Celta protege su futuro. El equipo vigués hizo oficial ayer la ampliación de contrato del central Carlos Domínguez hasta el 30 de junio de 2026. El central estira de este modo su vinculación con el cuadro vigués, un movimiento esencial para garantizar en Vigo la continuidad de uno de los valores más firmes de la cantera céltica. Carlos Domínguez, que hizo su estreno la pasada temporada con el primer equipo, lleva un tiempo trabajando en la dinámica del grupo de Coudet que le ha utilizado en diferentes momentos de la temporada. En el presente curso ha disputado 3 partidos de Liga, 2 de Copa del Rey y 11 con el filial en la Primera RFEF.

El futbolista aseguró en declaraciones difundidas por el club que “llevo desde pequeñito jugando aquí y estoy muy contento. Siempre sueñas con el momento de llegar al primer equipo y tengo muchas ganas de demostrar y ayudar”. “Cuando entré en el Celta siendo alevín llegas con ganas y entusiasmo, siempre sueñas y al final con trabajo y constancia ahí estamos”, apuntó el futbolista, de sólo 20 años.

El de Carlos Domínguez no es el único movimiento en el Celta con respecto a la cantera. El siguiente en ampliar su contrato será Gabri Veiga, cuya renovación está casi cerrada. En el caso del centrocampista se da la circunstancia de que pertenecía a la agencia de representación de Joseba Díaz, Intermedia Sport Player, con la que el club rompió relaciones a raíz de la salida de Bryan Bugarín en verano en dirección al Real Madrid. Mouriño les puso la cruz y dejó claro que los futbolistas de esa agencia verían languidecer sus contratos en el Celta y no serían renovados. Gabri Veiga separó su camino del de Intermedia Sport Player para sentarse a hablar con el Celta sobre su contrato que acababa en junio de 2023. El acuerdo no tardará en ser anunciado.

Distinta situación vive algún otro futbolista de la cantera prioritario en el futuro del club. El juvenil Miguel Rodríguez, que sigue siendo uno de los pocos futbolistas del Celta que aún pertenece a la “agencia de la discordia” –lo que le imposibilitaría ampliar su contrato con el club vigués–, es otro de los jugadores que la dirección deportiva quiere amarrar de cara al futuro. Pero en su caso, a diferencia de Carlos Domínguez o de Gabri Veiga, no existe tanta prisa porque el redondelano finaliza su actual contrato más tarde, en junio de 2024, y por ese motivo hay más tiempo para sentarse a hablar y encontrar una solución. Este asunto no se abordará de forma inmediata.

Muy diferente es el caso del lateral izquierdo Diego Pampín, pieza básica del Celta B pero al que sistemáticamente se le niega el acceso al primer equipo. El capitán del filial acaba contrato este mismo año y ahora mismo ya es libre para negociar su futuro con cualquier otro equipo. Pampín tiene claro que su tiempo en el filial y en la tercera categoría del fútbol español ya ha pasado y que es hora de probarse al menos en Segunda División. Ese es su gran objetivo con vistas a la próxima campaña. Si el Celta no le garantiza esta posibilidad es previsible que decida volar lejos de Vigo. En este caso, el futbolista tiene en la mano decidir su futuro.