“Eu non creo nas meigas, mais habelas, hainas”. Esta popular frase ha recorrido todos los recovecos de la comunidad gallega durante décadas, pasando de generación en generación. Básicamente invita a los protagonistas a no tentar a la suerte y verse afectados por un hechizo de estos seres con poderes extraordinarios y de los que se dice que pueden llegar a pactar con el mismísimo diablo para que sus conjuros surtan efecto. No cree Coudet en meigas ni fantasmas, pero lo cierto es que parece que alguien se está ensañando con su Celta y, por si acaso, mejor alejarlos esta misma noche. El argentino, un entrenador muy pasional y que siente mucho las emociones de aquellos que le rodean, todavía no ha podido darle más de una alegría a sus aficionados -dos si contamos la remontada al Barça en la segunda mitad y que acabó en empate-. La victoria ante el Granada es la única victoria que ha celebrado la parroquia celeste en ocho partidos. Un escaso botín. “Quiero volver a ganar en casa”, apuntó de manera tajante ayer el míster en la previa.
Y es que el premio es goloso. No solo por poder celebrar con su afición un anhelado triunfo, sino por dar continuidad a la buena racha de resultados conseguida en las últimas semanas y que el vestuario quiere prolongar, como mínimo, hasta las fiestas navideñas. “Creo que el equipo ha mejorado la efectividad. Jugaba bien, generaba y no convertía. Siempre creí en estos jugadores, tengo mucha confianza en ellos y tenemos que seguir trabajando para mejorar cada vez más. Sería importante ganar en casa y hacer un buen partido”, señaló Coudet, que tiene bastante claro el once inicial.
El partido de Copa del pasado martes sirvió al cuerpo técnico para dar descanso a los jugadores más castigados, resolver dudas sobre algunos futbolistas que fueron de la partida y agrandarlas sobre otros. Lo que sí tienen claro es que Dituro volverá a ponerse los guantes para situarse bajo palos. En lo que ya es una rotación clásica para los entrenadores, el argentino será el portero en LaLiga y Rubén en el torneo del KO.
En la línea defensiva llegará, con toda probabilidad, la primera novedad respecto al partido que los celestes ganaron en Vitoria. El capitán Hugo Mallo volverá a ocupar el carril derecho tras superar la lesión muscular que sufrió en la primera mitad ante el Barça. El de Marín ya fue titular entre semana ante el Ebro, donde pudo disputar 60 minutos con los que reencontrarse con las sensaciones propias de un partido oficial. Junto a él repetirán Aidoo, uno de los más destacados de las últimas jornadas, Araújo, que ha adelantado a Murillo en la rotación a Murillo, y Javi Galán, insustituible para el Chacho.
También repetirá la sala de máquinas. No se imaginaban los aficionados celestes a principio de temporada que Renato Tapia se sentase en el banquillo estando bien físicamente, pero el peruano, más irregular en su juego que la pasada campaña, ha sido el gran perjudicado por el paso hacia delante que ha dado Fran Beltrán. Denis, el centrocampista con mejor pie, estará al lado del de Seseña.
Es en las alas donde pueden generarse más dudas en la cabeza de Coudet. Hasta ahora, Brais y Nolito partían con cierta ventaja sobre Solari y Cervi, algo que la pareja argentina ha ido reduciendo poquito a poco hasta entrar de pleno derecho en la discusión de la titularidad. El de Mos parece fijo, pero el gaditano y el ex del Benfica sí se disputan el puesto ante el Valencia. Arriba no hay dudas. No las había antes de la lesión de Galhardo, que se pierde el partido, pero es que Coudet no tiene más, y no es poco, que Aspas y Mina.
Enfrente estará un Valencia que suma 11 jornadas sin ganar en liga y que además deja a varios jugadores importantes en casa. Contra eso y contra los fantasmas tendrá que competir esta noche el Celta de Coudet.