El Celta muere en la orilla

El Celta afrontaba el encuentro con las novedades en el once inicial de las dos incorporaciones invernales Augusto Solari y Facundo Ferreyra, ambos a un nivel medio hoy. Suplían a sendos máximos goleadores del conjunto gallego, Aspas y Brais Méndez -suman 14 de los 20 goles en LaLiga-, cuya ausencia se hizo más que notable. El Valencia, que llegaba sumergido en una profunda crisis, salía al tapete con un equipo renovado y con Jasper Cillessen en la portería después de tres meses lesionado, una declaración de intenciones de Javi Gracia, que le retiró la confianza a Jaume Domènech. Y le salió bien. Los del Turia alejaron de su imaginario la fragilidad defensiva que los humilló ante el Real Madrid y la falta de creatividad en ataque que mataba su espíritu hasta entonces.

La primera mitad, 'ni chicha ni limoná': demasiadas interrupciones, intensidad fuera de las casetas y tímidas aproximaciones de ambos equipos. Un remate alto de Álex Blanco tras un centro del excéltico Daniel Wass, otro de Gabriel Paulista previo toque de Carlos Soler y un regalo de Jeison Murillo que acabó en una recuperación brillante de Renato Tapia fue el escaparate che hasta el 45, cuando José Luis Gayà firmó el peor susto: envío cal segundo palo desde el área, sin destinatario. Por parte visitante, tan solo un disparo de Nolito que se fue rozando la escuadra.

Como si no hubiera tiempo de refresco, la segunda mitad cogió el mismo tono que la inaugural. En el 49 ya, Ferreyra mandó alto una invitación aérea de Solari, y poco después, Uros Racic probaba suerte desde el eje del área. En el 60, Santi Mina pudo romper el hielo con un testarazo previa entrega de Solari de nuevo, que finalmente mandó al cuerpo de Cillessen. Y desde entonces, todo cambió. Segundos después y con revisión en el VAR, el colegiado, Valentín Pizarro Gómez, en una más que polémica acción, expulsaba con roja directa a Rubén Blanco tras una salida de este para frenar un pase a Maxi Gómez fuera de sus dominios. Ferreyra fue el damnificado y el Celta se puso el traje de obrero ante la ofensiva de un Valencia que vio sangre e hincó el diente.

Primero Manu Vallejo tras un remate casi pidiendo disculpas y, acto seguido, Gameiro tras una brillante exhibición por el flanco derecho de Thierry Correia tumbaron al Celta

En el 74, Gameiro probó su hambre de gol llegando a portería tras un centro de Kang-in Lee, sin fortuna. Minutos más tarde, Nolito acercó al Celta a la gesta con una internada a la que a punto estuvo de dar la puntilla Hugo Mallo. Tras las amenazas de Lee, Racic, Hugo Guillamón y Soler, llegaba la última esperanza de los de Príncipe, en el 92: Joseph Aidoo se revuelve en tierras valencianistas y tira desviado. Cuando todo parecía estar acabado y esta crónica titulada por ‘Un Celta infranqueable’, dos mazazos tumbaron de nuevo la ilusión visitante, el fútbol es así: primero Manu Vallejo en el 94 tras un remate casi pidiendo disculpas y, acto seguido, en el 98, Gameiro tras una brillante exhibición por el flanco derecho de Thierry Correia. 

Los de Coudet marchan décimos en la tabla con 29 puntos, dos más que el Valencia, que dormirá 12.º. El domingo a las 14.00 ante el Valladolid en Balaídos será la próxima cita de un Celta que podrá contar con Aspas y Brais Méndez tras ser sancionados por acumulación de tarjetas amarillas . No lo hará por el mismo motivo Nolito. Los vigueses continúan sellando su mala época ren Mestalla, donde no ganan desde la temporada 2015-2016 con una victoria en sus últimas doce visitas. Misma tónica cuando no está el Príncipe das bateas: en su ausencia, no consigue los tres puntos desde el 2 de febrero del 2019, ante el Sevilla.