El Celta sigue cavando en el agujero de un enero negro. El equipo del Chacho Coudet, impotente sin Iago Aspas sobre el campo, suma su cuarta derrota consecutiva --tres en LaLiga y una en Copa del Rey--. Hoy se enfrentaba a un equipo espejo, el Betis, que llegaba con los mismos puntos y que cuenta con virtudes y carencias similares, aunque dispone de más fondo de armario. El partido se puso de cara a los vigueses con gol de Santi Mina, pero no supieron controlar la situación. Los béticos se sobrepusieron, empataron y se adelantaron al borde del descanso. La segunda parte fue un largo ejercicio de impotencia del Celta, incapaz de poner en demasiados aprietos a la defensa más endeble del campeonato.

El encuentro, con dos de los conjuntos más goleados de LaLiga y también con buen bagaje de tantos a favor, tuvo una primera parte que entraba en el guion: alternativas para ambos y un punto de desorden. Empezó el Betis fuerte, pero cerca del minuto 10 el Celta dio su primer zarpazo con un robo de Emre Mor --la gran novedad en la alineación junto al lateral Aarón Martín en lugar del confinado Olaza-- que Santi Mina aprovechó para encarar la portería y lanzar al palo. Luego, una colada del turco, muy activo en estos minutos, acabó con disparo defectuoso de Nolito. A la tercera fue el propio Mor el que chutó a puerta, un tiro que se envenenó con el desvío de un defensa y se fue alto por poco. A la salida de ese córner, ejecutado por el extremo, Brais Méndez peinó en el primer poste y Mina remachó en el segundo.

Era el minuto 15 y parecía que la situación se le ponía de cara de los de Coudet. Nada más lejos. Los vigueses no supieron hacerse fuertes a través del balón y los locales volvieron a adueñarse del partido. En una internada de Diego Lainez por la derecha el extremo encontró a Fekir, que aguantó de espaldas y la puso atrás franca para que Canales embocase de tiro cruzado con su pierna mala, la derecha. El partido entró en una fase un tanto indefinida hasta que a Denis Suárez, en el minuto 44, le robaron la cartera en una salida de balón. El Betis transitó con velocidad y en dos pases Canales se plantó delante de Rubén Blanco y con la zurda le batió, otra vez de tiro cruzado.

Aún tuvo el Celta una ocasión para igualar antes de irse a la caseta. Murillo ganó un rechace en un córner y Joel Robles sacó con una gran parada su remate de cabeza. El colombiano se iría lesionado mediada la segunda parte. Esa reacción de furia auguraba una ofensiva celeste en la segunda parte. No fue así. Pellegrini, el "padre" del Coudet entrenador, cambió el libreto en el descanso: ordenó a su equipo defender en un bloque bajo, muy organizado, y cedió el balón a los vigueses. Estos se pasaron muchos minutos sin saber qué hacer con él. Denis no conseguía conectar con Brais Méndez y Nolito; los laterales tampoco profundizaban por banda. Hacia el minuto 70 el técnico argentino miró al banquillo y vio a Baeza y a Beltrán, que entraron por Nolito y Emre Mor, al que el fuelle le duró esos minutos burbujeantes del primer periodo. Los cambios surtieron efecto; Brais se situó por detrás de Santi Mina y, ahora sí, empezó a encontrar espacio a la espalda de los medios béticos. Filtró un pase fantástico para Baeza, al que Joel le cegó el tiro. Poco después Aarón Martín, en una de sus pocas acciones destacables tanto en lo ofensivo como lo defensivo, llegó a línea de fondo y puso un centro que ni los delanteros ni los defensas pudieron cazar.

La tendencia indicaba que, al fin, el Celta podía hacer daño después de una segunda parte inane. Pero hasta ahí llegó la reacción. El Betis supo enfriar el partido y los de Coudet apenas volvieron a inquietar, ni siquiera con balones colgados. Los vigueses se vuelven a casa de vacío, con el partido de Eibar del domingo en el horizonte. Un duelo que se antoja clave para revertir una tendencia nefasta y para el que Iago Aspas sigue siendo duda.

31

El Real Betis - Celta de Vigo, en imágenes Efe