La querencia de Óscar García a mover el equipo cada jornada acompaña al Celta desde que el técnico sabadellense se hizo cargo de la plantilla a mediados de noviembre pasado en sustitución de Fran Escribá. El preparador céltico considera que cambiar su once es el mejor medio para mantener activados a sus jugadores y, aunque los resultados no han acompañado, se ha distinguido en estos meses por conceder oportunidades a la mayoría de los integrantes del plantel.

Pocos futbolistas tienen con Óscar el puesto garantizado. Las excepciones a la regla las constituyen en el Celta esta temporada Iván Villar, el único portero profesional del que dispone el técnico en este momento, y Iago Aspas, alma y goleador del equipo, que acapara hasta la fecha todos los goles anotados por el equipo. El cancerbero cangués y el delantero moañés son los únicos futbolistas del plantel que han jugado completos los seis encuentros disputados por el Celta: 540 minutos sobre el terreno de juego.

El tercero en el escalafón es Lucas Olaza, aunque, como ha ocurrido en el caso de Villar la falta de un competidor por el puesto en el lateral izquierdo le ha allanado de nuevo de forma notable el terreno esta temporada. El charrúa contabiliza 537 minutos, solo tres menos que Aspas y Villar.

Un cuarto futbolista, el peruano Renato Tapia, se ha unido este curso al grupo de intocables de Óscar. El pivote es fijo en el medio campo por delante de la defensa en una posición en la que el pasado curso se fueron alternando Lobotka, Okay, Fran Beltrán y posteriormente Filip Bradaric. Tapia suma 483 minutos.