El Celta de Vigo ha calificado de "inmensa chapuza" la reforma de la grada de Marcador anunciada la pasada semana por el alcalde, Abel Caballero, debido a las "numerosas deficiencias" del proyecto, que el club augura que "causarán innumerables problemas e incomodidades a los aficionados".

En un comunicado difundido a última hora de la tarde en su página web, el Celta detalla los numerosos defectos que presenta el proyecto, al tiempo que denuncia las constantes modificaciones sin explicaciones que han sufrido los plazos de ejecución de la obra, que acumula años de retraso. Así, el club lamenta que el diseño de la cubierta carezca de protección para la lluvia, lo que "en un estadio nuevo resulta intolerable".

El club critica la "nefasta propuesta estética" del proyecto y muestra su preocupación por los problemas que va a generar a los aficionados la solución adoptada para la unión de los graderíos de Tribuna y Río con Marcador. Denuncia el club a este respecto que habrá abonados de Río Bajo que tendrán enfrente la Grada de Marcador en lugar del terreno de juego, lo que les obligará a girarse para ver los partidos.

El club deplora que el estadio vaya a tener gradas asimétricas, con distinta estructura y altura, y denuncia que el engarce de los graderíos se ha realizado "sin un mínimo de criterio estético y resulta simplemente horroroso", pero hace sobre todo hincapié en que "la comunicación prometida entre las gradas para facilitar movilidad, accesos y evacuación se ha minimizado con una solución totalmente insuficiente."

El Celta considera también que la reforma debe completarse con el acercamiento de la grada a cuatro metros del terreno de juego, tal como se ha hecho en la reforma de Tribuna Baja, "el único graderío nuevo, construido por el club y el único que colma las exigencias de comodidad y funcionalidad de aficionados y abonados".

Para la institución celeste resulta "especialmente hiriente" que se hayan modificado ya en varias ocasiones y "sin explicaciones" los plazos de ejecución de la obra. Ello está causando al club y a los aficionados cuantiosos perjuicios, como imposibilidad de dar altas en Marcador en la última campaña de abonados o la generación de una lista de espera para elegir asiento en la grada. "Casi un año después no se ha movido absolutamente nada", se queja.

La entidad que preside Carlos Mouriño denuncia, por último, el "millonario sobrecoste" que se ha ido acumulando desde que se anunció una reforma que en un principio se había anunciado para la temporada 2017-18 y que no va a estar acabada para el centenario del club en 2023. "Al final se perpetrará una gran chapuza que pagarán los ciudadanos cuando el Celta ofreció diferentes soluciones para evitarlo", concluye el escrito.