La llegada de Óscar García ha cambiado la cara al Celta, que muestra un temperamento más agresivo y vertical y ha encontrado con el preparador de Sabadell el camino del gol que antes se le negaba con Fran Escribá. La presión alta que el equipo ha ejercido en los dos últimos partidos con distinta fisonomía táctica y nuevos protagonistas en el frente ofensivo ha permitido a los celestes mejorar notablemente su eficiencia frente al marco contrario.

Curiosamente, el Celta ha más que duplicado su eficacia frente al marco rival con un volumen de remates algo inferior al que presentaba en tiempos de Fran Escribá. Con el preparador valenciano, el conjunto celeste promediaba casi nueve disparos por partido frente a los 8,5 que lanza de media con el preparador de Sabadell.

Aunque el número global de remates es similar con ambos entrenadores, la puntería de los celestes es muy superior con Óscar García. El promedio de lanzamientos entre los tres palos con Fran Escribá era de apenas 2,6 con choque, mientras que desde la llegada del nuevo técnico al banquillo el número de disparos a portería es de casi el triple (6 por choque). Este mayor tino se nota también en el número de intervenciones de los porteros rivales. Con el valenciano, el promedio de paradas por encuentro en la portería contraria era de 2,08, mientras que con Óscar García esa cifra se eleva a 4, casi el doble.

Todo ello se ha traducido en un notable incremento de la media de goles por partido, que ha pasado de 0,5 a 2 por encuentro.