La cantera es una de las señas de identidad del Celta en la última década. Hasta 21 jugadores de A Madroa han sumado al menos cuatro partidos o 90 minutos de juego en el primer equipo desde que se produjese su último ascenso a la máxima categoría, en junio de 2012. Desde entonces, una media de ocho futbolistas de la casa han formado parte de su plantilla. El club quiere apuntalar esa idea de cantera con el regreso a Vigo de Santi Mina, por el que negocia con el Valencia para su recompra después de que el vigués se marchase a Mestalla en 2015 por 10 millones de euros. La cantera céltica persiste en conservar esa cuota en el primer equipo. Así, solamente el Athletic Club, la Real Sociedad y el Espanyol han concedido más minutos que el Celta a jugadores formados en sus categorías inferiores durante el pasado curso.

"Las oportunidades que les damos aquí a los chicos de la cantera es difícil que se las den fuera. Tenemos siete canteranos en el primer equipo", señalaba semanas atrás Carlos Mouriño, presidente del equipo celeste, al realizar el balance deportivo del club en la temporada 2018-19. Y como ejemplo de esa apuesta por el futbolista de casa, el dirigente citaba a Iago Aspas: "Iago es el mejor jugador de la historia del Celta por implicación y por juego; además, presume de canterano y eso ayuda a la misma porque es un ejemplo para todos ellos. Así es más fácil traer chicos a la cantera", subrayaba Mouriño, quien este verano intentará recuperar a una de las joyas de A Madroa: Santi Mina, de 23 años. Otro de los anhelos del presidente es repescar a Denis Suárez, primer canterano del que tuvo que desprenderse ante la precariedad económica que atravesaba el club tras su descenso a Segunda. El de Salceda es un objetivo inalcanzable ahora mismo.

El Celta hizo de la necesidad virtud en la temporada 2009-10, cuando las deudas ahogaban a la entidad. De la mano de Eusebio Sacristán, el conjunto celeste se presentó en su tercer año en Segunda División con una plantilla plagada de canteranos. Hasta 17 futbolistas con el sello de A Madroa compitieron ese curso en la categoría de plata. Y muchos de ellos alcanzaron la élite dos años después. Con Paco Herrera como entrenador, el Celta se presentó de nuevo en Primera con una docena de canteranos. De ellos, cuatro continúan defendiendo la misma camiseta a día de hoy y son piezas fundamentales de la plantilla de Fran Escribá: Iago Aspas, Hugo Mallo, Rubén Blanco y Sergio Álvarez.

Estos canteranos también fueron protagonistas del equipo celeste que en el curso 2016-17 alcanzó el mayor éxito deportivo de su historia al disputar las semifinales de una competición europea. En Old Trafford, el Celta dirigido entonces por Eduardo Berizzo enterró en el último minuto el sueño de disputar la final de la Liga Europa ante el Ajax, que cedería el título al Manchester United. Además de los dos porteros (Rubén y Sergio), Mallo y Aspas tuvieron un papel protagonista en una campaña en la que los célticos, además, disputaron la semifinal de la Copa del Rey por segundo año consecutivo. En la relación de canteranos de ese año se encontraban, asimismo, Jonny Otto, Señé y Pape Cheikh.

En el segundo año de los célticos en la máxima categoría después de su último ascenso, la representación de futbolistas de A Madroa se redujo en dos. Una de las bajas fue Aspas, contratado por el Liverpool. Con la salida del moañés se produjo la irrupción de Santi Mina, quien había debutado con la celeste en febrero de 2013 en Getafe al sustituir al moañés en el minuto 59 de un partido que los madrileños ganaron por 3-1 y forzaron la destitución de Herrera al frente del banquillo celeste.

Con Luis Enrique Martínez como entrenador, otro canterano, David Costas, irrumpió con fuerza en el primer equipo. El central de Chapela formara parte del equipo juvenil que disputó el título de la Copa de Campeones, junto a Rubén Blanco y a Santi Mina. El guardameta fue el primero en debutar en la élite, por necesidad. Sus actuaciones en los dos últimos partidos de Liga fueron decisivas para evitar el descenso in extremis.

Con Berizzo al frente de la plantilla celeste, la cantera de A Madroa mantuvo su cuota de ocho futbolistas en la primera plantilla. Entonces, Borja Fernández y Madinda fueron las nuevas incorporaciones para reforzar un centro del campo que el argentino acabaría reconstruyendo con la reubicación de Augusto Fernández y de Kohn-Dehli como mediocentros.

Un año más tarde, Berizzo daría la oportunidad al joven Pape Cheikh en la posición de pivote, en el enésimo intento de descubrir al nuevo Oubiña. El hispano-senegalés apenas despuntó en Primera División y ya fue tentado por una oferta económica irrechazable del Olympique de Lyon. Sin apenas minutos de juego en el conjunto francés, Pape es uno de los excanteranos de A Madroa que estaría dispuesto posiblemente a replantearse su regreso a Vigo. Pero ahora mismo, Escribá tiene saturado el centro del campo. Las posiciones a reforzar por el club son las de defensas y atacantes.

El último gran descubrimiento de la cantera es Brais Méndez, quien incluso ha debutado con la selección española absoluta. El lateral derecho Kevin Vázquez también se incorporó el pasado curso a la primera plantilla. El hispano alemán Dennis Eckert tuvo un paso efímero por el club, que lo cedió a la liga holandesa. El principal objetivo del Celta para la temporada que viene es Santi Mina, que se convertiría en el octavo canterano de una plantilla que apuesta por los futbolistas de casa.