El presidente del Celta dijo desconocer los planes del Concello sobre las obras de remodelación de Balaídos y que mantiene el plan de construir otro estadio en Mos "si no podemos hacer lo que queremos en Balaídos", aunque admitió que este proyecto podría hacerse realidad cuando él ya no estuviese: "No se si yo lo viviré".

Admitió Mouriño que encargaron una auditoría para conocer el estado de Balaídos y que la obras de Marcador provocarán perjuicios a los socios. "No tenemos ninguna información concreta sobre las obras de Balaídos, no sabemos cuándo tenemos que reubicar a los abonados y va a ser complicado porque la obra de Marcador va a suponer 4.600 asientos menos y hay 4.510 abonados".

Mientras duren esas obras en Marcador, el Celta apunta la imposibilidad de que "peñas y grupos de socios" puedan seguir sentándose juntos cuando se les reubique. "No estamos de acuerdo con la obra que se está haciendo, no va a quedar ni la mitad de lo que se dijo, no habrá circulación que rodee todo el estadio", dijo Mouriño.

Con las relaciones institucionales rotas entre el presidente del Celta y el alcalde de Vigo, el club considera "beneficiosa" la victoria del PP en el Concello de Mos para llevar adelante la ciudad deportiva céltica, que incluye un área comercial. "Creemos que saldrá adelante", sostiene Mouriño, que ofrece datos sobre algunas de las inversiones previstas: "Para hacer el centro comercial hay que abrir carreteras por 40 millones de euros. Ese es un coste del Celta que tendrá que compensar". Y el presidente espera que el primer equipo estrene en enero los nuevos campos de entrenamiento de Mos. Balaídos, mientras tanto, seguirá con las obras de remodelación.