El Girona buscará el milagro con una victoria ante el Alavés en Medizorroza, y con un ojo en el Celta-Rayo. El conjunto local lleva nueve derrotas consecutivas. Pero los números exigen un milagro al Girona. "La Primera era un sueño para todos. Lo hicimos realidad y, ahora, lo hemos perdido", lamentaba el capitán, Àlex Granel. "Ni siquiera sabía que todavía existía una posibilidad remota de salvarnos".

Será el último encuentro para muchos de los integrantes del vestuario rojiblanco, comenzando por el propio Eusebio. "Sabemos que las opciones son remotas, que es muy difícil, pero por mínimas que sean tenemos que competir hasta el último punto con el ánimo de que puede pasar cualquier cosa", subrayó el técnico en la víspera del duelo. Ss consciente de que si se dieran los resultados que el Girona necesita para esquivar el descenso "sería extraordinario" y reiteró que quieren "dar el máximo hasta el final, hasta el último segundo".

"Queremos ganar para darle una última alegría a nuestra afición, para que se sientan orgullosos de nosotros, para acabar el curso con la sensación de que lo hemos dado todo, lo hemos intentado, hasta el final", añadió. Aun así, al entrenador de La Seca se le escapó, en más de una ocasión durante la rueda de prensa, que "el objetivo principal no se ha cumplido".

"La rabia y el dolor son muy grandes. Cuando uno tiene un castigo como éste, está claro que es por que nos lo hemos merecido", sentenció.