Una de los puntos fuertes de la cantera céltica es el rastreo por Galicia en busca de jóvenes jugadores talentosos que puedan continuar con su formación en A Madroa. Para ello, los responsables del área de captación dividen la temporada en dos partes. En la primera, desde agosto a diciembre, se intenta presenciar el mayor número de partidos de todas las categorías, desde prebenjamines hasta juveniles. Desde enero a mayo, los esfuerzos se centran en ver a los chicos más destacados de cada edad para en los meses de junio y julio avanzar en las incorporaciones, siempre tras obtener tanto el consentimiento del club de procedencia como el beneplácito de la familia.

Para llevar a cabo la observación de partidos, cada fin semana se movilizan normalmente unas 30 personas entre técnicos y responsables de cantera. Eso supone unos 40 partidos a la semana, para completar unos 1.400 partidos por temporada. La prioridad es buscar el jugador diferente, talentoso sobre todo en lo técnico, así como en la capacidad para leer e interpretar el juego.

Para los responsables de A Madroa, el talento es un término con más contenido que el que ofrece su significado tradicional. Talento hace referencia al potencial interno para gestionar con eficacia, no solo es tener habilidad y dominio técnico. Talentoso también es aquel que tiene la capacidad de leer e interpretar bien el juego, el que tiene una buena coordinación motora y una superioridad física permanente en el tiempo.

En muchos casos la incorporación no se produce de manera inmediata. Se habla con el club de procedencia para que siga jugando y compitiendo cerca de su entorno, asistiendo a entrenamientos con sus futuros compañeros de forma progresiva, así como participando en algún torneo con el Celta que pueda tener en su categoría.

Los motivos por los que los responsables centran sus esfuerzos en buscar jugadores en la comunidad gallega son varios: el rendimiento de los jugadores aumenta cuando están en casa y cerca de los suyos, ya sea de forma parcial (los fines de semana) o total. La temporada a edades tempranas se hace muy larga y se considera necesario el apoyo de las familias en los momentos menos favorables.

Además, los jugadores canteranos que acceden al primer equipo son en gran porcentaje gallegos o de un entorno muy próximo a A Madroa. Iago Aspas, Sergio Alvarez, Hugo Mallo, David Costas, Kevin Vázquez, Brais Méndez, Rubén Blanco o Iván Villar ahora, o anteriormente Jonny, Santi Mina, Yoel, Roberto Lago... son naturales de poblaciones a menos de 80 kilómetros de las instalaciones de A Madroa, lo que permite que el contacto con amigos y familiares no se vea afectado.

Otro factor a tener en cuenta es el sentimiento de pertenencia al club. Un jugador gallego siempre se va a sentir más vinculado al Real Club Celta que uno de fuera.

En la actualidad, los 10 equipos del Celta están conformados por 195 jugadores, repartidos de la siguiente forma por población: Vigo y alrededores, 120 jugadores (62%); Pontevedra y alrededores, 33 jugadores (17 %); de las otras 3 provincias proceden 22 jugadores (16%). Es decir, un 95 % de los jugadores de la cantera céltica tienen procedencia gallega y solo se acude al mercado nacional o internacional en 10 casos, 8 de ellos de categoría juvenil.

Otro de los aspectos que tienen claro los responsables de la cantera es la fe en el proceso de entrenamiento y formación; por ello lo normal es que los jugadores que se incorporen a las categorías inferiores estén varios años vistiendo la celeste.

Lo habitual cada temporada es incorporar alrededor de 45-50 jugadores, teniendo en cuenta que 15 nuevos jugadores son necesarios para conformar el equipo benjamín de primer año. Los otros 30-35 fichajes están destinados a mejorar las plantillas, de las que son baja unos 3-4 jugadores por equipo. Aspecto destacable es que en la especialidad de F-8 prácticamente no se prescinde de nadie, salvo casos muy concretos.

Los entrenadores del Celta realizan un enorme trabajo para poder elegir a los jóvenes que pasan a formar parte de la cantera. Estar presente en los campos de toda Galicia se ha convertido en una prioridad en los últimas temporadas y un trabajo imprescindible para mejorar.