El pequeño Xoel Dobaño se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la temporada gracias a las imágenes de El Día Después de Movistar en las que se le vio llorando de emoción después de que el Celta culminase su remontada ante la Real Sociedad. El chico, que llegó a Vigo con sus compañeros de la escuela de fútbol del Antela dentro de los convenios con la Fundación del Celta, explotó de felicidad bajo el aguacero que caía sobre Balaídos. Las imágenes, su emoción, dieron la vuelta al mundo.

El acto no pasó inadvertido por el Celta que hoy cumplió uno de sus grandes sueños. Xoel fue invitado por el club a visitar las instalaciones de A Madroa donde pudo conocer a sus ídolos. Un día que difícilmente olvidará en la vida. El niño, que juega de portero, recibió unos guantes de Sergio Alvarez y una camiseta firmada de Iago Aspas. El propio presidente, Carlos Mouriño, le saludó en las instalaciones del Celta. Xoel regresó junto a su padre a Xinzo con nuevas historias que contar. Celtista de por vida.