Maxi Gómez ha cambiado su físico en un año. Nada tiene que ver ahora su figura con la que mostró al llegar a Vigo. Entonces, admitió que tenía sobrepeso y que estaba dispuesto a perder kilos y mejorar su dieta. El fútbol europeo le exigía un gran esfuerzo en la alimentación. Estaba dispuesto a aparcar los tentadores asados que se preparan en Uruguay y comer sano. El cambio resulta evidente tras la fotografía que ayer colgó el delantero e Instagram. A pesar de la transformación física, el céltico no ha perdido fuerzas, como pudo comprobar el defensa del Betis Marc Bartra en su reciente visita a Balaídos. "Maxi es un gran jugador, de los mejores delanteros de LaLiga. Es de esos jugadores pesados, que lucha cuerpo a cuerpo. Es fuerte. Entre todos lo controlamos", dijo el ex jugador del Barcelona y el Borussia Dortmund.

Maxi Gómez se encuentra con su selección disputando la China Cup. De esta forma, visita el país en cuya liga estuvo a punto de recalar en enero del pasado año cuando el Beijing Gouan presentó una importante oferta económica al Celta. El jugador, sin embargo, rechazó la propuesta y se motivó para convertirse en uno de los mejores goleadores de LaLiga.

Para ello tuvo que dedicar mucho esfuerzo y trabajo, pues cuando el Celta cerró el acuerdo de su traspaso con Defensor Sporting Maxi era un delantero corpulento y con kilos de más. De hecho, se incorporó al equipo vigués una semana antes que el resto de la plantilla para seguir una preparación especial que le ayudase a eliminar el sobrepeso. "Reconozco que en Uruguay no hacía las comidas que tenía que hacer un deportista y por eso me sentía pesado. En Vigo y con la ayuda del nutricionista del club, hemos mejorado al cambiar mis hábitos. Ahora como más sano y me siento fuerte y bien", comentó el joven futbolista poco después de convertirse en unas de las revelaciones de la temporada 2017-18.

Los elogios y el reconocimiento le llegaron de todas partes y en su país contaron por primera vez con él para la selección absoluta que preparaba su presencia en el Mundial de Rusia. El objetivo de Maxi Gómez, aparte de perder peso y marcar goles, era conseguir una plaza entre los convocados para la Copa del Mundo, a donde acudiría como alternativa de Luis Suárez, su ídolo y con quien pudo entablar amistad en Barcelona durante su primer año en Vigo.

Con Aspas como maestro de ceremonias, Maxi formó una de las tres mejores parejas de goleadores de la mejor liga del mundo. Los rivales del dúo célticos eran Messi-Suárez y Cristiano Ronaldo-Bale. Con cuarenta goles cerraron la temporada Aspas y Maxi, de los que 18 llevaron la firma de un uruguayo que pudo saborear algún asado, incluso ejerció como cocinero en los que compartió con el equipo en A Madroa, pero se impuso la moderación y el control de la dieta alimenticia para no volver a caer en el sobrepeso.

Para festejar su participación en el Mundial, Maxi Gómez invitó a los vecinos de su barrio de Paysandú a un asado. No había peligro de engordar porque se había mentalizado de que los kilos de más iban en contra de su plan de mejorar como futbolista. Su cambio físico no deja lugar a dudas.