El Celta B no puede esperar más tiempo. Después de nueve semanas sin conseguir una victoria, los vigueses tratarán hoy de terminar con una racha negativa que no se recuerda en la historia reciente del filial. La amenaza de que la temporada se arruine es importante y para evitarlo se hace imprescindible lograr un triunfo en su visita al Unión Adarve.

La racha de resultados negativos ha incrustado a los vigueses en la zona baja de la clasificación aunque todavía tiene margen para reconducir la situación. El problema es que empieza a jugar los partidos con un escaso o nulo margen.

Lo que sucede es que los vigueses visitan aún por encima a uno de los conjuntos más complicados a domicilio del grupo. El Unión Adarve, un modesto equipo del barrio madrileño del Pilar, vive su segunda temporada en la categoría y si algo ha demostrado en el tiempo que lleva en Segunda B es que resulta muy complicado asaltar su fortín. Un campo pequeño, con una hierba artificial muy especial, donde el cuadro madrileño se siente muy fuerte. Once de los diecisiete puntos que han logrado en lo que va de Liga los han conseguido en su campo donde han perdido con la Cultural Leonesa y con el Internacional de Madrid. Pero cuadros de cierto nivel han caído en su campo y suponen una importante amenaza para los de Rubén Albés.

Pero para que las cosas resulten aún más complicadas, el Celta B afronta este partido con una colección de bajas que ha llevado a Rubén Albés a tener que echar mano de los juveniles Losada, Sergio, Jose y Barcia para poder completar la convocatoria.

Son baja para este partido Jacobo, Pampín, Riki Mangana, Robert Costa y Apeh por lesión. Y por sanción se pierden el partido dos de las piezas básicas de este equipo como sin el mediocentro Rai Marchán y el delantero Ibán Salvador.

La lista la forman Jero, Iván Villar, Alende, Fontán, Alomerovic, Ros, Manu, Barcia, Losada, Sergio, Pastrana, Dani Molina, Álex Serrano, Aarón Rey, Solís, Dani Vega y Dennis.