El Celta sobrevive otra jornada más a su demoledor ataque, con el que el equipo celeste disfraza un discutible plan de juego cuyas claves solo parece manejar su entrenador, que con los cambios introducidos en la segunda mitad supo activar un espectáculo insuperable de goles y de juego de ataque que acabó en igualada (3-3). Cuando el equipo vigués caía por 2-0 ante un Betis que se preparaba para acabar con una racha de tres derrotas en LaLiga, Antonio Mohamed dio entrada a Maxi Gómez, que reaparecía después de superar un esguince de rodilla que le privó de participar en los tres últimos encuentros. La ausencia del uruguayo la había solventado Iago Aspas con cuatro goles. Ayer, el moañés cedió el protagonismo a Maxi, que anotó dos goles para darle la vuelta a un marcador que Canales equilibró en el minuto 86. Un reparto de puntos que dejó más satisfechos a los béticos que a los célticos, que tuvieron la última gran ocasión para obtener la victoria, pero el balón que lanzó Aspas de falta directa se estrelló en el larguero y Juncà lo mandó a las nubes en el rechace. La irrupción de Hjulsager tras el descanso y un brillante segundo tiempo de Brais Méndez en un partido sin pausa ni control salvaron nuevamente otro mal planteamiento táctico de Mohamed.

El entrenador argentino no parece tener muy claro todavía que su equipo necesita un plan para explotar los infinitos recursos de una de las mejores parejas de goleadores de LaLiga. Así lo demostraron el curso pasado Aspas y Maxi, con 40 goles entre ambos, y en este van por el mismo camino: ya acumulan 14, más que la mitad de equipos de la máxima categoría.

Uno a los que superan en esta parcela los de Mohamed es al Betis, que ayer se presentaba a la cita con los célticos con un bagaje de cinco goles a favor. Además, el equipo de Setién era el único de las cinco grandes ligas europeas que no había marcado ni un solo gol antes del descanso. Parece claro que los béticos no andan finos en los cuarenta y cinco minutos iniciales, pero ayer se encontraron a un Celta que se despista al mínimo detalle o que pierde con facilidad la posición para ceder generosamente los espacios más valiosos.

Media hora tardó Loren en superar a Sergio Álvarez, después de que Brais Méndez realizase un gran remate que Pau López resolvió con un córner y que tras el saque de esquina el árbitro asistente anuló un gol de Okay Yokuslu por fuera de juego. El portero del Betis buscó un lanzamiento en largo para Francis. Juncà calculó mal la presión y dejó el pasillo abierto para que el carrilero montase una contra que supuso el primer tanto del partido.

Antes, Canales había lanzado fuera un remate de chilena, Sergio Álvarez despejó dos buenos remates de Lo Celso y Emre Mor disparó flojo en la siguiente ocasión después de mandar el balón fuera. Betis y Celta habían dado sus primeras dentelladas en el área rival; las de los célticos, propiciadas por los errores del rival en la salida del balón. En la presión surgió la figura inmensa de Okay para provocar el pánico en el Benito Villamarín.

El gol de Loren, sin embargo, mostró lo peor del Celta de Mohamed, que tuvo la fortuna de que Canales estrellase un lanzamiento al palo tras un confuso inicio de jugada entre Sergio y Beltrán.

El Celta llegaba al descanso con muy malas sensaciones, como ha ocurrido en otras jornadas en esta temporada. Con Aspas excesivamente aislado ante la poca participación de Boufal y de Mor, Mohamed intentó rectificar su plan inicial con la entrada de Hjulsager, uno de los destacados el jueves en la Copa, por el franco-marroquí. El Celta mezcló entonces la defensa de cuatro con la de tres centrales (Mallo, Cabral y Roncaglia), con Hjulsager y Juncà como carrileros.

Después de que Mor desperdiciase otra buena ocasión, Loren estuvo a punto de sorprender a Sergio con un lanzamiento desde el centro del campo. Los béticos entonces aprovecharon varios rebotes y errores defensivos para poner el segundo gol en los pies de Junior. Con algo más de media hora por delante, el Celta parecía abocado a otra dura derrota.

Sin embargo, Mohamed recurrió a Maxi Gómez, que tardó dos minutos en marcar de cabeza tras un centro de Hjulsager. A continuación, Brais Méndez resolvía con una gran clase un centro de Juncà. En seis minutos, el Celta había igualado el partido. El Betis estaba contra las cuerdas.

Entonces, Maxi lució su clase como futbolista, no solo como goleador. El uruguayo inició la jugada en el centro del campo, dio un pase de 30 metros para cambiar el juego de orientación y acabó rematando en el área pequeña el centro de Hjulsager. Mohamed celebró por todo lo alto el segundo gol del delantero uruguayo y sus airados movimientos le valieron la expulsión, después de que su preparador físico llevase el mismo castigo debido a una trifulca en la banda.

El Celta, tras una mala primera parte, había sido capaz de reponerse con los cambios tácticos de Mohamed y se preparaba para celebrar el segundo triunfo a domicilio de la temporada.Sin embargo, Canales ejecutó con maestría una falta lejana para igualar la contienda. El Celta no se rindió y en la siguiente jugada, Aspas estrelló el balón en el larguero de la portería de Pau López tras una ejecución extraordinaria de una falta directa. Maxi había llegado al rescate del Celta.