El Celta vuelve a enfrentarse a un rival que se maneja con dos atacantes, por lo que cabe la posibilidad de que Juan Carlos Unzué apueste de nuevo por una defensa de tres para iniciar las jugadas. El técnico navarro salió muy satisfecho del cambio en el dibujo táctico que empleó ante el Barcelona, por lo que insistió unos días después frente al Valencia. En ambos encuentros, el equipo vigués sacó un empate que le restó opciones para seguir vivo en la pelea por las plazas europeas. Sin embargo, los célticos dejaron una buena imagen del fútbol ofrecido con esa matización en la disposición de los jugadores. El Villarreal también juega con dos atacantes, habitualmente Bacca y Enes Unai, por lo que cabe la posibilidad de que el Celta se presente en el estadio de La Cerámica con el mismo planteamiento que en los dos anteriores compromisos de LaLiga.

Para la visita a Villarreal, Unzué recupera a Jonny Otto para cubrir el lateral izquierdo. La ausencia del vigués ante el Valencia por sanción llevó al entrenador pamplonica a apostar por tres centrales (Cabral, Sergi Gómez y Roncaglia), mientras que Hugo Mallo ejercía como carrilero por el costado derecho. La inoportuna lesión de Roncaglia al cuarto de hora de partido no modificó los planes de Unzué, que dio entrada a Andreu Fontás para que el catalán ocupase la parte izquierda de una línea defensiva que iniciaba el juego con tres centrales y adelantaba la presión para meter en su campo al rival.

A pesar de la ausencia del lesionado Iago Aspas, que tampoco estará disponible para Villarreal, el Celta generó hasta 10 remates y logró neutralizar en pocos minutos el tanto de Santi Mina con un certero remate de cabeza de Maxi Gómez.

A la baja de Aspas, en el partido del sábado en el estadio de La Cerámica se añadirá la de Roncaglia, al que se le salió el hombre y se calculan entre dos y tres semanas de recuperación. El serbio Nemanja Radoja es duda, después de que se le detectase una fisura en la décima costilla izquierda.

El resto de la plantilla entrena con normalidad en A Madroa, donde Unzué prepara con minuciosidad el partido del sábado junto a su equipo técnico. El Celta necesita ganar para seguir manteniendo alguna opción por la clasificación europea. El éxito de este objetivo puede estar en el dibujo táctico que decida el entrenador navarro. El equipo vigués se ha sentido cómodo con esa variante de tres centrales para iniciar el juego y apretar al rival con mayor número de piezas en el centro del campo. Con esa superioridad, en la que cobran protagonismo Jozabed Sánchez y Brais Méndez, los célticos han encontrado con mayor facilidad el camino del gol.

Sin el lesionado Aspas, resulta imprescindible multiplicar la producción en el juego ofensivo. Maxi Gómez pasa a ser la referencia más clara, sobre todo con la capacidad que el internacional uruguayo muestra en los remates de cabeza.