El Celta ha completado el primer tercio del campeonato por debajo de las expectativas. A punto de iniciar el tramo más complicado del calendario, el conjunto que dirige Juan Carlos Unzué marcha en la decimotercera plaza de la Liga, con 14 puntos, equidistante de la zona europea y los puestos de descenso, y más sombras que luces en el juego, atendiendo a la excepcional inversión realizada para reforzar el plantel (26 millones en fichajes), la mayor de la historia del club.

El ataque, más que la defensa o l2a tenencia del balón, ha distinguido al Celta de Unzué. Con el navarro al frente, el equipo vigués presenta uno de los mejores ataques de la Liga, tanto en número de goles, como en la aportación de su tridente ofensivo titular (Aspas, Maxi, Sisto). El equipo vigués es el tercer máximo anotador del campeonato, con 23 tantos, una cifra solo superada por los dos primeros, Barcelona y Valencia, y cuenta con una de las más eficientes parejas de delanteros (Aspas y Maxi) y el mejor asistente del torneo (Sisto). Solo en un partido, el disputado frente al Atlético de Madrid en Balaídos, se ha quedado el Celta sin marcar.

El gran caudal ofensivo no se corresponde con el pobre nivel defensivo de los celestes, que se mueven en los parámetros de la zona baja de la tabla. Solo los últimos cinco clasificados (Deportivo, Eibar, Málaga, Alavés y Las Palmas) reciben más goles que los celestes, con el agravante de que al grupo de Unzué se le han ido un buen número de puntos por el desagüe en los últimos quince minutos de partido.

La falta de concentración en momentos clave ha pasado una elevada factura al Celta, que se ha mostrado especialmente torpe a la hora de gestionar la ventaja. En esto los datos son concluyentes: los de Unzué solo han sido capaces de ganar cuatro de los nueve partidos en los que se han adelantado en el marcador.

La irregularidad es otro de los problemas que ha caracterizado al Celta en este primer tercio del campeonato. El conjunto vigués ha tenido evidentes problemas para sostener su rendimiento, tanto dentro de un mismo partido, donde el buen juego ha aparecido a menudo a ráfagas, como de un encuentro al siguiente.

Llama la atención en este sentido que el conjunto de Unzué haya desperdiciado hasta en cuatro ocasiones la posibilidad de encadenar dos triunfos y ello ha sido una de las causas que han impedido su despegue en la tabla. El mejor puesto en la clasificación ha sido la décima plaza (jornadas 8 y 9), a 4 y 5 puntos, respectivamente, de la zona europea; y el peor el decimoséptimo (jornada 5, en números de descenso).

Tampoco la posesión de la pelota, una de las señas de identidad del nuevo Celta, se ha traducido en puntos. Los celestes son junto al Barcelona, el Sevilla y el Real Madrid, uno de los equipos que más tienen la pelota en la Liga, pero no le ha servido para gobernar un buen número de partidos.

La inversión en fichajes (cerca de 26 millones en contraposición a los menos de 7 que el club se gastó la campaña precedente) tampoco se ha trasladado a la clasificación. Pese a ello, el rendimiento de los nuevas caras ha sido satisfactorio, especialmente en el caso de Maxi Gómez, que ha liderado del gol en el equipo. Lobotka se ha alzado con la titularidad con interesantes prestaciones, mientras que Jozabed ha estado por debajo del nivel del pasado curso. La apuesta más cara, Mor, es de momento una incógnita. El chico promete grandes cosas, pero la falta acumulada de minutos, su inexperiencia y las lesiones han retrasado su adaptación.