El Celta se gastó el pasado verano cerca de 26 millones de euros en fichajes, la mayor inversión el fichajes de la historia del club. A punto de cumplirse el primer tercio de la temporada, el protagonismo de la savia nueva incorporada por la dirección deportiva es más que apreciable, aunque no justifique, al menos en lo que se refiere a resultados, un gasto que el club que preside Carlos Mouriño se propone amortizar a medio y largo plazo.

El perfil de las contrataciones de los dos últimos años con Felipe Miñambres ha seguido el patrón establecido por Miguel Torrecilla. Se han buscado esencialmente talento a través de apuestas muy jóvenes y de gran proyección, que se ha alternado con futbolistas ya contrastados, aunque menores de 30 años, para reforzar posiciones específicas. La versatilidad ha sido el denominador común de la mayor parte de los refuerzos. Por el estilo de juego, el ataque ha predominado sobre la defensa, que se ha convertido en los últimos años la línea más desguarnecida del equipo.

El ingente desembolso económico realizado este verano se ha sustanciado en un protagonismo mucho mayor de los fichajes en relación a la pasada campaña, en la que jugadores como Álvaro Lemos o José Naranjo tuvieron una participación residual en la vida competitiva del equipo. Esta temporada, en cambio, el peso y la aportación de los futbolistas contratados en el mercado estival está siendo notable.

maxi gómez

Fue el primero de los fichajes formalizados por el club y también la gran revelación del inicio de curso del Celta. Todo en el joven punta uruguayo ha sido sorprendente. Con 21 años recién cumplidos, llegó como prometedora apuesta de futuro tras colaborar decisivamente en la consecución de los torneos de Apertura 2017 y Clausura 2016 (del que fue nombrado menor jugador) por parte de Defensor y no se esperaba de él un rendimiento inmediato, pues Juan Carlos Unzué contemplaba arrancar la Liga con John Guidetti como delantero centro titular.

La lesión del artillero sueco, que se fracturó la clavícula en el amistoso disputado en Balaídos contra el AC Roma siete días antes del inicio de la Liga, le concedió, de forma inesperada, la titularidad y el uruguayo cazó la oportunidad al vuelo. Maxi Gómez no sólo debutó en la Liga español marcando dos goles a la Real Sociedad, sino que se convirtió en el sostén goleador del equipo en las siete primeras jornadas de Liga, en las que anotó un total de seis goles: dos al conjunto donostiarra, uno al Betis, uno al Alavés, otro al Getafe y uno más al Girona.

Su imponente racha goleadora con el Celta ha llamado la atención del seleccionador uruguayo, Óscar Washington Tabárez, que lo ha incluido en las últimas listas del combinado charrúa junto a delanteros de tanto fuste como Luis Suárez o Edilson Cavani. Tras ver dos encuentros desde el banquillo, el artillero del Celta pudo por fin cumplir el sueño de debutar con la Celeste durante el partido amistoso disputado el pasado viernes ante Polonia (0-0). Su próximo sueño, que ya acaricia con la punta de los dedos, es participar con la selección charrúa en el próximo Mundial de Rusia.

Maxi Gómez ha sido el fichaje más utilizado por Juan Carlos Unzué en el primer tercio de la Liga. El uruguayo ha participado en todos los partidos de Liga, salvo ante Las Palmas, en la octava jornada, por sanción. Sus números hablan por sí mismos: 960 minutos repartidos 11 partidos (10 y de Liga y 1 de Copa, en Ipurua, donde jugó 11 minutos como suplente de John Guidetti), en los que ha marcado seis tantos que le sitúan, junto a Iago Aspas, como el máximo goleador del Celta en lo que va de curso.

stanislav lobotka

Sin ser muy conocido, el internacional eslovaco era probablemente el menos desconocido de los fichajes veraniegos incorporados por Felipe Miñambres debido al protagonismo que había tenido con su selección en la última Eurocopa de Francia. Lobotka militaba en el Nordsjælland, un equipo medio de la modesta liga danesa, el último gran caladero de la dirección deportiva celeste. Excepcionalmente maduro para un jugador de su edad -este mes cumple 23 años- el céltico es, junto a Marek Hamsic (Nápoles) y Skrtel (Fenerbahce) el líder de combinado eslovaco y un hombre con cada vez mas peso en el medio campo del Celta, donde se ha alternado en las posiciones de pivote e interior con buenas prestaciones en ambas.

Su buena ocupación del espacio y talento organizativo le han convertido en una pieza apreciada en el esquema de Juan Carlos Unzué. Eficiente tanto en la elaboración del juego como en la recuperación de la pelota, sus números son también elocuentes: 744 minutos en 11 partidos (todos los disputados hasta la fecha) de Liga.

jozabed

El centrocampista sevillano era el único de los fichajes del que se tenían referencias claras tras jugar el pasado media temporada a préstamo, con interesantes prestaciones, a las órdenes de Eduardo Berizzo. Su pericia para mover el balón al primer toque, destreza en el último pase y visión panorámica del juego, propiciaron su fichaje en propiedad por 4 millones de euros, el mismo precio que se pagó por Maxi y un millón menos de lo que costó Lobotka. El rendimiento de Jozabed ha estado sin embargo esta temporada por debajo de la pasada y su peso en el equipo ha ido menguando con el paso de los partidos. Sus números, con todo, son apreciables: 630 minutos en 10 partidos de Liga y uno de Copa del Rey.

emre mor

Criado en Dinamarca, el joven internacional turco arrastra el peso de ser el fichaje más caro de la historia del Celta, que pagó 14 millones de euros al poderoso Borussia Dortmund para hacerse con sus servicios. Se trata, ante todo, de una apuesta a medio plazo por un atacante de enorme talento del que se espera un buen rendimiento inmediato pero sobre todo en los años venideros, ya que se ha comprometido con el Celta por cinco temporadas.

A diferencia de Maxi Gómez, que agarró el toro por los cuernos desde la primera jornada, la incorporación de Mor a la vida competitiva con el Celta ha sido paulatina, propiciada en buena medida por la falta de minutos en su anterior equipo, la demora con que se produjo su fichaje -fue el último en llegar, ya con la Liga en marcha- y una lesión de tobillo que le ha restado continuidad. Pese a que sus números son aún discretos (140 minutos en 6 partidos de Liga y 1 de Copa), el imberbe futbolista turco ha dejado destellos de genialidad y la sensación de ser un jugador diferente, con un potencial descomunal. Pero necesita poner su talento al servicio del equipo.