El Celta acude a Málaga con la ilusión de encadenar el cuarto triunfo como visitante, tras la doble victoria en Eibar (0-4, en Liga y 1-2 en Copa) y la goleada en Las Palmas (2-5), ante un rival en dificuldes que solo ha sumado un empate en lo que va de temporada y que intentará aprovechar el enfado de sus aficionados con los arbitrajes para sacudirse la presión. Los célticos, situados en mitad de la tabla, se presentan en La Rosaleda (20:45 horas, Bein LaLiga) con las bajas por lesión de Emre Mor y Roncaglia y el regreso de Rubén Blanco, tras cumplir sanción.

Unzué ha podido realizar rotaciones en esta semana de tres compromisos.Dispondrá el técnico navarro de futbolistas de refresco como Aspas, Sisto, Lobotka y Sergi Gómez, ausentes en la Copa por decisión técnica, para enfrentarse a un Malaga que lleva casi seis meses sin ganar en la Liga. Su última víctima fue, precisamente, el Celta, al que derrotó por 3-0 en la jornada 36 del curso anterior.

El club del jeque cataría Al-Thani ha vuelto a desmantelar al equipo blanquiazul durante el verano. Ya no están en la plantilla Kameni, Ignacio Camacho, Fornals y Sandro, cuatro de las piezas más importantes en la anterior temporada. Los doce refuerzos que llegaron a Martiricos no han dado por el momento el rendimiento esperado y Míchel González explotó el pasado martes, tras la derrota en Soria, cuestionando el nivel futbolístico de algunos de sus jugadores.

El ambiente enrarecido en el Málaga, unido a bajas como las de Rolon, Ricca o Miguel Torres, añade más inconvenientes a un equipo que necesita ganar para no verse definitivamente desconectado de la Liga. En caso contrario, es probable que al propietario del club se le agote la pacienca y destituya a Míchel, con el que no se habla desde hace meses. Con este ambiente, preocupa la visita del Celta.

Todas esas circunstancias deberían favorecer a los célticos, pero el fútbol reserva siempre resultados inesperados. De hecho, Unzué se mostró cauto ayer y advirtió de que a su equipo le espera un "partido trampa". El exceso de confianza suele ser dañino en estos casos, por lo que sus jugadores tendrán que tomarse el duelo con la misma seriedad con la que jugaron en Ipurua y en Gran Canaria, donde lograron adelantarse en el marcador en los primeros minutos de ambos encuentros de Liga y los dejaron sentenciados antes del descanso.

En Vigo se quedan el portero Iván Villar, por decisión técnica, y los lesionados Emre Mor y Roncaglia. El turco volvió a quejarse ayer del tobillo en el que sufrió un esguince en Las Palmas. Unzué ha decidido descartar al joven atacante para que se recupere bien.

Sin Mor, el técnico navarro no podrá repetir el tridente de ataque de Las Palmas, por lo que posiblemente volverá a situar a Aspas en la banda derecha, con Pione Sisto por la izquierda y Maxi Gómez en punta. Guidetti, que recibió halagos de su entrenador por el gol y su buena actuación en el partido de Copa, cuenta con menos opciones de regresar a la titularidad.

En el centro del campo, Hernández, Lobotka y Wass se han ganado la confianza de Unzué, que los reservó en el banquillo el miércoles en Ipurua.

Menos opciones de rotar en el once ofrece la defensa céltica, donde ahora mismo solo están disponibles cinco futbolísticas específicos. De ellos, Mallo, Cabral y Jonny disputarán posiblemente su tercer partido en ocho días. La novedad en la zaga será Sergi Gómez, uno de los más destacados ante el Atlético de Madrid, y que tampoco jugó en Eibar.

En la portería volverá Rubén Blanco, que había desbancado de la titularidad a Sergio Álvarez. Tras cumplir el partido de sanción por la cartulina roja que le mostraron en Las Palmas, el mosense podrá disputar su cuarto partido de la presente temporada.

El canterano Brais Méndez, titular en el partido de Copa, vuelve a entrar en una convocatoria del primer equipo, que parte hacia tierras andaluzas a primera hora de esta mañana.

En La Rosaleda se presenta un Celta con una gran pegada. El equipo vigués suma 18 goles a favor, cifra que lo convierte en el quinto máximo realizador de LaLiga, igualado con el Real Madrid. La mitad de esos tantos los obtuvo en sus dos últimas salidas. Además, en Málaga obtuvieron los célticos un 0-5 a favor hace cuatro años, con Unzué como ayudante de Luis Enrique Martínez. Sin embargo, se quedó sin puntos en sus tres últimas visitas al coliseo malagueño donde la afición local prepara un gran recibimiento a su equipo en los preliminares del partido y se espera un ambiente de reividicación en las gradas contra las polémicas actuaciones arbitrales que ha sufrido el conjunto blanquiazul.

La situación es complicada y un nuevo traspiés como local podría significar la destitución de Míchel, quien ya el martes se mostró muy contrariado con la marcha del equipo tras la derrota en Soria.

Míchel recupera tras una lesión al guardameta Roberto Jiménez y también al centrocampista José Recio, que cumplió un partido de sanción, pero pierde a uno de sus futbolistas en mejor forma, el delantero uruguayo Diego Rolan, quien está lesionado.

La afición del conjunto boquerón, sin embargo, aparca las desilusiones por el pésimo arranque de temporada de su equipo y se vuelca con un recibimiento como los que el celtismo ofrecía a los suyos en los malos momentos. La Grada de Animación y las distintas peñas que la componen, como Malaka Hinchas, Frente Bokeron o Los Comepipas, intentarán llevar a su equipo en volandas hacia la victoria.

El Celta retoma LaLiga después de caer en casa ante el Atlético de Madrid. Ese tropiezo, sin embargo, no ha erosionado la confianza que el equipo se ha ganado con sus excelentes actuaciones en Eibar y en Las Palmas. Hoy quiere mantener esa buena racha a domicilio.