"Cómo son las cosas. El año pasado hice la selectividad, donde me jugaba mucho, y me puse enferma. Me vi un poco apretujada porque además yo quería hacer Psicología, así que me dio mucho bajón, pero justo dos días después me llaman de una agencia americana diciéndome que les interesaba y que me habían estado siguiendo y que creían que podía optar a una beca. Fue el choque de jugarme todo en un día en selectividad y, de repente, desaparecieron todos los agobios", explica la viguesa.

"Fue una buenísima noticia para mí. Me ofrecían jugar en el equipo todo el año y estudiar Psicología". Así que ha firmado por cuatro años, que son los que durará el grado. No oculta Hermida que "al principio la idea impone". "Tengo un hermano estudiando en Barcelona, pero viene a menudo. Yo, por ejemplo, no creo que pueda venir ni en Navidad", explica. "En principio me costó y lo pensé mucho, pedí consejo a mi familia. Pero es una oportunidad que o aprovecho ahora o dentro de dos años no la voy a tener,", continúa.

En el Celta ya se habían hecho a la idea la pasada temporada de que Candela Hermida echaría a volar. "Esta oferta llegó el año pasado y ya se lo había comentado a Cristina Cantero, que me dijo que era una oportunidad muy buena". Hermida entiende que el club la echará de menos. "Les da rabia porque hoy en día las universidades se están llevando a todas las jugadoras y eso al club les hace daño. Una jugadora crece y se forma en un club y al final llega un equipo americano, te ofrece todo esto y es muy difícil decirle que no. Pero obviamente me animan porque saben que para mí es una oportunidad muy buena, una experiencia fuera de casa. El hecho de estudiar fuera sé que me va a hacer crecer", dice la jugadora.

Esta temporada se dedicó a crecer como jugadora y a perfeccionar su inglés. "Cuando me lo ofrecieron fue hacia junio del año pasado y a finales de agosto tendría que estar allí. Entre que me decidí se nos echó el tiempo encima y me dijeron que esperara un año más. Seguí jugando en el Celta y preparando unos exámenes de inglés, que son bastante difíciles".

En Estados Unidos se encontrará un baloncesto muy diferente con el que se ha forjado su talento desde niña. "Dedican mucho tiempo a prepararse bien y están hasta mediados de diciembre entrenando fuerte para luego tener cuatro meses de liga. Ahora están con la pretemporada", explica. "El Siena College está bastante bien posicionado. Me llamó la atención porque es un equipo bastante internacional, no solo americanas, con diferentes estilos de juego. Son altas, con muchas pívots, y juegan muy rápido y eso a mí me interesa un montón".

Emprende Candela Hermida un camino que hizo la también excéltica Anxela Coello antes que ella. "Ella también fue un apoyo bastante grande a la hora de decidirme", confiesa: "Me gustaría llegar allí y crecer mucho como jugadora y quién sabe si poder jugar en la WNBA. Por algo se empieza".

Nunca se imaginó Hermida que la liga americana siguiera sus pasos. "Cuando Anxela Coello estaba con eso pensé que ojalá algo así me pasara a mí, pero nunca te lo llegas a plantear al cien por cien. No me lo esperaba, pero me hizo muchísima ilusión. El primer día que me llamaron de la agencia americana no me lo podía creer. Ese año me lo había currado porque compaginar los estudios de Segundo de Bachillerato con la Liga Femenina 2 no fue sencillo. Al final todo el esfuerzo tuvo su recompensa y estoy muy satisfecha.

Candela Hermida formaba parte de la familia del Celta desde hace unos nueve años. Empezó a jugar en su colegio, el Andersen. "Empecé jugando con un equipo mixto. Le cogí el gustillo y mis padres me propusieron probar en el Celta. Me lo pasé muy bien porque los entrenadores son muy agradables. Empecé a crecer hasta que me dieron la oportunidad de subir con las mayores. Fue cuando empecé a pensar que no era tan mala en esto", bromea.

Siendo cadete de segundo año empezó a asomar la cabeza en la primera plantilla, pero empezó de verdad a formar parte del grupo siendo júnior de primer año, hace tres temporadas, con Carlos Colinas al frente del banquillo del Celta: "La verdad que me dio mucha confianza y jugué bastante". El año pasado creció el nivel de exigencia. Ya era sénior. "Ya tenía un poco más de presión y tenía que cumplir, pero echando la vista atrás, estoy muy contenta y me han cuidado mucho en el Celta". Candela Hermida cruzará el charco, pero en su corazón siempre latirá el escudo celeste.