Las toallas ocupan el lugar de los pélets

Las playas de la comarca vuelven a oler a crema solar

Arousanos y turistas demuestran sus ganas de verano

Manuel Méndez

Manuel Méndez

No es verano, ni mucho menos. Pero lo sucedido ayer sirvió para que muchos arousanos se sacudieran a gusto las humedades y el verdín acumulados después de tantos meses de frío, interminable lluvia y fuertes vientos.

Está claro que aún quedan por llegar temporales, DANAs, ciclogénesis o como quiera llamarse al mal tiempo.

Un invierno duro

Los mismos episodios –o parecidos– que durante el otoño y el invierno arrastraron sobre la orilla aquellas bolas de plástico que se hicieron famosas con el nombre de pélets y que, aunque algunos no lo quisieran reconocer, llegaron a la costa junto a ingentes cantidades de esa basura marina que la alcanza casi a diario.

Bañistas en A Illa, ayer.

Bañistas en A Illa, ayer. / Noé Parga

Pero si es cierto que aún quedan momentos duros para quienes anhelan el verano, también lo es que, con aquello de los pélets olvidado, los bañistas han podido regresar a sus playas favoritas.

Un anticipo estival en el que no les importó apartar a un lado los restos que las marejadas empujaron sobre la orilla para colocar sus toallas sobre la arena, los pélets y microplásticos tratando de dar caza a ese sol que ayer apretó bien y algunos tanto echaban de menos.

Chiringuitos cerrados

Es verdad, igualmente, que los chiringuitos siguen cerrados. Y eso no gusta ni ayuda, en absoluto, a quienes quieren disfrutar del ambiente veraniego en todo su esplendor, lo cual significa tener un quiosco de playa cerca.

La playa grovense de A Lanzada, ayer.

La playa grovense de A Lanzada, ayer. / Noé Parga

Pero al menos el caluroso finde que hoy termina permitió a muchos redescubrir sensaciones y emociones, tanto en las playas como en la terraza de los bares y los paseos marítimos.

Voluntarios limpian las playas gallegas de bolas de plástico

Manuel Méndez / Julio Santos Álvarez / Edgar Melchor

Ayer se hicieron notar esas ganas de sol y playa en numerosas zonas de baño de la comarca, desde la fluviales o continentales –como las de Catoira y Ribadumia–, hasta las marítimas.

Y tanto en las más pequeñas y resguardadas –las cales son especialmente deseadas en estos momentos de transición meteorológica–, como en los arenales más grandes y conocidos.

De ahí el buen ambiente playero y la vuelta del olor a protector solar en Vilagarcía y en A Illa, los dos municipios que cada verano lucen arenales con banderas azules.

A Lanzada

Pero también en Vilanova se vieron arenales con bañistas, al igual que sucedió, lógicamente, en la madre de todas las playas, A Lanzada.

Este entrañable y conocido espacio natural también propició la toma de contacto con el mar a arousanos y turistas, que también los hay en esta época del año.

Algunos limitándose a tomar el sol y pasear por la orilla o los paseos de la playa grovense, mientras que otros no dudaron en darse los primeros chapuzones.

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