Los estudios del BDRI sobre los delfines protagonizan el Congreso de Cetáceos

Bruno Díaz presentó el proyecto científico sobre la comunicación vocal y social entre arroaces

Manuel Méndez

Manuel Méndez

La 34 Conferencia de la Sociedad Europea de Cetáceos se clausura hoy en O Grove después de tres intensas jornadas de debate y revisión de algunos de los estudios más recientes e importantes de la comunidad científica mundial.

En la jornada de despedida destacaban ponencias vinculadas al narval (Monodon monoceros) conocido como el "unicornio del mar", y a las ballenas estudiadas en Madeira y el Mediterráneo.

Bruno Díaz

Aunque, quizás, una de las más esperadas era la intervención de Bruno Díaz López, el director en Ecología que dirige el Instituto para el Estudio de los Delfines Mulares (BDRI), impulsor de este congreso internacional participado por 600 personas llegadas de 41 países.

La ponencia de Bruno Díaz se centró en el poder de la comunicación de los arroaces, ya sea mediante sonidos o la socialización.

Los arroaces acróbatas

Aspectos sobradamente estudiados por el BDRI en la ría de Arousa, donde se ha comprobado, por ejemplo, que los arroaces son más bulliciosos y realizan más saltos acrobáticos que los de otras partes del mundo.

Galicia, epicentro mundial del debate sobre mamíferos marinos

Manuel Méndez

Un comportamiento que no pasa desapercibido, ya que “cuando muestran sus saltos acrobáticos lo hacen por varias razones diferentes, que van desde la emoción a la socialización, la alimentación o para tener una mirada más clara sobre el nivel del mar”, explica Bruno Díaz, que empezó a estudiar a los mamíferos marinos en 1995, en la isla mediterránea de Cerdeña.

En las bateas

Ya en aguas arousanas, el doctor y su equipo tuvieron oportunidad de profundizar en el conocimiento de los arroaces y su forma de comunicarse, observando, igualmente, que los que utilizan las bateas de mejillón como despensa, ya que encuentran en ellas comida fácil, puesto que esos viveros suelen atraer y concentrar peces que les sirven de alimento, presentan un comportamiento social menos activo que los demás.

Según detallan en el BDRI, tanto si es por una especie de sentimiento de la propiedad o, sobre todo, porque no necesitan ayuda de otros miembros de su misma familia para pescar, estos mamíferos marinos limitan de manera notable sus relaciones con los demás ejemplares de la especie, aunque cierto es que nunca pierden contacto del todo.

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