Operación antidroga bajo una tromba de agua

Decenas de clientes cacheados y minuciosos registros dentro y fuera de la barra del bar

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Pocos podían imaginar que en una tarde tan desapacible como la de ayer, bajo una auténtica tromba de agua, iba a llevarse a cabo una operación policial tan llamativa contra el tráfico de drogas.

Una intervención que permitió practicar detenciones y recuperar diferentes tipos de drogas, siendo necesario ahora esperar al balance oficial para concretar todo lo incautado.

Pero, en cierto modo, ese resultado es lo de menos. Lo importante es que este despliegue sirvió para que la Nacional diera un golpe en la mesa y marcara el terreno a los trapicheros, dejándoles bien claro que están siendo vigilados y, de paso, tranquilizara a la población.

Amplio despliegue

Sucedió desde las siete de la tarde de ayer en el centro de Vilagarcía, donde una veintena de agentes de la Policía Nacional se emplearon a fondo para registrar diversos locales de hostelería que están “fichados” desde hace tiempo, al igual que sucede con algún que otro inmueble que funciona como punto de venta habitual y también fue registrado ayer.

El detenido se empleó con tanta violencia que acabó por los suelos, tirando a los agentes.   | //  M. MÉNDEZ

El detenido se empleó con tanta violencia que acabó por los suelos, tirando a los agentes. | // M. MÉNDEZ / Manuel Méndez

Todo ello bajo la atenta mirada, desde la calle, los comercios, ventanas y balcones, de una gran cantidad de ciudadanos que alababan esta acción policial, ya que son muchos de ellos los que propician tales operativos cuando se quejan de la existencia de puntos de trapicheo en la ciudad y reclaman que se actúe contra ellos.

Como en septiembre

De ahí el despliegue policial de ayer a cargo de la Policía Nacional de Vilagarcía, que ya el pasado mes de septiembre desplegaba otras dos llamativas operaciones contra el tráfico de drogas en apenas una semana; al igual que esta vez, centrando ambas en el consumo y distribución de sustancias estupefacientes en locales de hostelería y algunos pisos o viviendas considerados “puntos calientes”.

Una agente escudriñando cada rincón de los bares. |   //  M. MÉNDEZ

Una agente escudriñando cada rincón de los bares. | // M. MÉNDEZ / Manuel Méndez

Aquello, cabe recordar, dio como resultado la detención de cuatro personas (entre ellas un menor que portaba heroína escondida en sus pantalones) y el decomiso de una importante cantidad de cocaína, marihuana, hachís y otros estupefacientes, además de dinero en metálico, teléfonos y todo tipo de objetos.

Los delincuentes no descansan

Seis meses después, y tras seguir investigando esos y otros muchos lugares, los agentes han vuelto a movilizarse, sabedores de que los delincuentes no descansan y de que a algunos se les olvida pronto que pueden ser sorprendidos y detenidos en cualquier momento.

FARO acompaña a la Policía Nacional de Vilagarcía en uno de sus operativos rutinarios

Manuel Méndez

Luis Hombreiro

Esta vez el equipo de investigación y demás efectivos de la Comisaría de Vilagarcía, dirigidos por Luis Hombreiro, intervinieron en locales ya conocidos de la calle A Baldosa, Avenida da Mariña, Trabanca Badiña y Rubiáns en los que ya se realizaron este tipo de operaciones con anterioridad.

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Entre las operaciones más brillantes de cuantas ha llevado a cabo la Comisaría de Vilagarcía, en lo que a lucha contra el tráfico y consumo de drogas se refiere, están las participadas por su Unidad Canina, con base en A Coruña.

Muchos recordarán a perros como “Flecha” y “Rol”, dos animales especializados en la localización de sustancias estupefacientes que, por ejemplo, propiciaron la detención de dos hosteleros de Vilagarcía el pasado mes de septiembre; fruto de los registros efectuados en un bar de la plaza del Doctor Carús y otro de la calle A Baldosa.

Ayer estaba previsto que los canes se sumaran al nuevo operativo, pero finalmente el mal tiempo reinante desaconsejó su participación.

Al igual que tenían previsto desplazarse a un pequeño bar del rural, entre otros puntos del recorrido trazado por los agentes desde las siete de la tarde en esta nueva operación antidroga que seguía al cierre de esta edición y tendrá continuidad en próximas jornadas, de ahí que no proceda ofrecer demasiados datos de la misma.

Lo que sí puede decirse es que en las operaciones de hace seis –desde entonces hubo más, pero hay que destacar estas por sus similitudes con la de ayer–, los agentes intervinieron en el mismo bar de la avenida de A Mariña en el que se personaron anoche, entonces con resultado de dos detenidos, como eran el responsable del local y un joven de apenas 15 años que escondía droga en sus pantalones.

La Policía Nacional, con refuerzos caninos, apresa a dos hosteleros de Vilagarcía

Manuel Méndez

Se interceptaron una barra de cocaína sin cortar de 252,2 gramos de peso, 84 gramos de hachís, 12 de marihuana y 22 “pollos” de coca que sumaban más de 9 gramos, lo cual podría haber alcanzado en el mercado un valor de más de 20.000 euros.

La “droga maldita”

Los análisis de laboratorio posteriores confirmaban que una parte de aquellas sustancias era “caballo”, esa “droga maldita” que los toxicómanos calientan sobre papel de aluminio para inhalar por un canutillo el humo que se genera y buscar un efecto casi inmediato en el cerebro.

Para preocupación de la policía, aquella localización de heroína, que además estaba en poder de un menor, confirmaba el regreso de esa peligrosa sustancia; una tendencia que se aprecia desde que los narcos abarataron su precio, obligando a las fuerzas del orden a intensificar los controles y operativos de todo tipo.

A Baldosa

Días después de aquel operativo, en el que también se incautaron teléfonos móviles, una báscula de precisión y alrededor de 1.200 euros en billetes de 10, 20 y 50, la Policía Nacional de Vilagarcía intervenía en el mismo bar de la calle A Baldosa en el que se presentaron ayer los agentes para iniciar su nueva ofensiva contra el narcotráfico.

Se trata de un local asentado en el tramo comprendido entre la zona conocida como O Castro y la calle Conde Vallellano, procediéndose entonces a la detención de dos personas.

Os Duráns

En esta ocasión parece que no se produjeron detenciones en este local ni en el de Avenida da Mariña. Pero sí en una casa de planta baja del barrio de Os Duráns donde, según denunciaron los vecinos en infinidad de ocasiones, “el trapicheo es constante”.

Muchos de ellos observaban ayer la intervención policial en esa vivienda y el altercado que se vivió cuando uno de los individuos que iban a ser identificados empezó a amenazar e insultar a los agentes, por lo que acabó siendo detenido por resistencia a la autoridad.

Los registros fueron minuciosos.

Los registros fueron minuciosos. / M. Méndez

Y tuvo que ser reducido por la fuerza, dada la resistencia que ponía, obligando a intervenir incluso al inspector jefe de la Nacional.

Desde allí los vehículos policiales se desplazaron a un bar de Trabanca Badiña, donde siguieron el procedimiento habitual, identificando a todos los clientes presentes y cacheando a buena parte de ellos.

A lo que se sumaba el minucioso registro de cada rincón de los establecimientos “visitados”, tanto fuera como dentro de las barras.

Un detenido en el operativo antidroga de Vilagarcía

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El operativo policial desplegado ayer sirvió para detener a un individuo por resistencia a la autoridad. Un hombre sobradamente conocido por las fuerzas del orden y con numerosos antecedentes que no dudó en enfrentarse a los agentes y que acabó abriéndose la cabeza intencionadamente.

Este individuo se encontraba en una vivienda registrada en el barrio de Os Duráns, junto a otros conocidos ciudadanos relacionados con el consumo de drogas y su venta a pequeña escala.

Cuando los agentes llegaron y pidieron a los presentes que se identificaran, antes de empezar a cachearlos, este hombre empezó a insultarlos de manera repetida y grave, tal y como pudo presenciar FARO DE VIGO en el lugar de los hechos.

Tampoco dudó en amenazar a los policías, advirtiendo a más de uno de que le pegará cuando lo encuentre solo en la calle.

Llegó un momento en el que, tras advertirlo muchas veces, la paciencia de los policías se agotó y decidieron detenerlo, a lo que este hombre se resistió de manera brutal, obligando a intervenir a cinco agentes para reducirlo.

Cuando consiguieron esposarlo empezó a golpearse la cabeza contra la carrocería del coche patrulla.

Después de muchos esfuerzos lograron introducirlo en el vehículo, mientras seguía insultando y amenazando. Y una vez dentro siguió golpeándose contra las puertas y ventanillas hasta que consiguió abrirse una brecha mientras aseguraba que iba a denunciar a los policías “ante la jueza”. Fue requerida la presencia de una ambulancia para que atendiera al individuo mientras era conducido a los calabozos de Comisaría.