Corría el año 2016 cuando la arqueóloga Beatriz Comendador se acercó a la parroquia vilagarciana de Bamio para dar forma a un proyecto que quería recuperar una tradición: la del barro y los trabajos vinculados a él. No iba a resultar sencillo. Aunque hasta hace relativamente poco tiempo eran evidentes los hornos y los restos de cerámica, gran parte de ellos habían desaparecido o habían sido destruidos. Fue en ese momento cuando se gestó una colaboración que acabaría siendo muy productiva, la que le une con la Asociación de Muolleres Rurais de Bamio, que hicieron una apuesta por recuperar un patrimonio que parecía olvidado.
Además de las investigaciones que se han llevado a cabo, uno de los pasos que tenían fijados era el de la divulgación, algo que han puesto en marcha el pasado viernes, con la celebración de las I Xornadas “O barro nas mans das mulleres de Arousa”.
Con la colaboración de la Universidade de Vigo y del Concello de Vilagarcía, el centro sociocultural de Bamio acogió unas jornadas en las que se abordó esta antigua tradición desde una perspectiva de género, ya que gran parte de las personas que trabajaban el barro eran las mujeres. Nombres como el de la propia Comendador, Lola Dorrío, Isabel Rodríguez o Vanesa Lago profundizaron en la historia “louceira” de la zona y su vínculo con la cultura marítima Arousa-Ulla. También participó la investigadora portuguesa de la Universidade de Vigo, Catia Cardoso, que abordó las tradiciones “oleiras” en el norte de Portugal, con una estrecha relación con lo que se hacía al otro lado de la “Raia”.
En el día de ayer, las participantes disfrutaron de un “roteiro” guiado y de la posibilidad de elaborar con sus propias manos la cerámica, como se hacía hace ya más de un siglo en las viviendas próximas. En esa actividad participaron las ceramistas Sandra Obarrio y Elena Cerviño, de Fundación Terra Ternarum.
