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Javi Veiga: “El erotismo y la sexualidad son un regalo de la naturaleza”

El actor se siente víctima de “una ola de puritanismo”

El actor Javier Veiga, durante su intervención en la gala inaugural del Auditorio de O Grove. | // IÑAKI ABELLA INAKI ABELLA DIEGUEZ

Una semana después de la inauguración del Auditorio Municipal Escuela de Música de O Grove, ha estallado la polémica. Como ayer adelantaba FARO DE VIGO en su edición digital, el Consello Local da Igualdade (CLI) emitió un comunicado en el que se posicionaba con dureza para criticar, condenar y repudiar una parte de la gala inaugural, por considerarla “sexista” y “discriminatoria”.

Aunque no lo citaba, situaba en el disparadero al actor, cómico y monologuista meco Javi Veiga, denunciando que alguna de sus intervenciones, comentarios o bromas fueron “inaceptables”, y “desafortunados”.

Lo sucio está muchas veces en la mente del que escucha, porque no todo lo sexual es sexista

Javi Veiga - Actor

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Lo que sucedió fue que, al divulgarlo en las redes sociales y ser tratado en algunas plataformas y foros carentes de todo rigor, el comunicado del CLI se convirtió pronto en un arma arrojadiza que usaron algunos para descalificar al monologuista.

Quiere grabar en verano

Frente a esto, el laureado actor, que en verano quiere volver a O Grove para grabar su primera película como director, no da crédito a las críticas recibidas por un trabajo que se encuadra en su derecho a la libertad de expresión y en un ambiente festivo y humorístico.

Así se inauguró el Auditorio de O Grove

Así se inauguró el Auditorio de O Grove Manuel Méndez

"Mentes sucias"

Tal es su incredulidad y, en cierto modo, decepción, que sale al paso de quienes lo consideran machista diciendo que “lo sucio está muchas veces en la mente del que escucha, porque no todo lo sexual es sexista”.

Muy por el contrario, “el erotismo y la sexualidad son un regalo de la naturaleza”, proclama el artista para salir al paso de lo que considera “una ola de puritanismo que no lleva a una sociedad más libre, sino a una sociedad más retraída, más asustada, más acomplejada y, por supuesto, más machista y desigual”.

A su juicio, “acusar a alguien de machista en cuanto roza cualquier tema que tenga que ver con la sexualidad es un mantra muy de moda”.

Una ola de puritanismo no lleva a una sociedad más libre, sino a una sociedad más retraída, más asustada, más acomplejada y, por supuesto, más machista y desigual

Javi Veiga - Actor

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Y a él lo llamaron machista por el contenido de sus monólogos durante la gala inaugural del Auditorio. En el caso del CLI llegando a decir que, con espectáculos como el aludido, de poco o nada servirán las campañas en pro de la igualdad que se lleven a cabo, puesto que “todos en nuestra sociedad debemos alcanzar un compromiso firme y serio, en cualquier ámbito, foro o contexto, para frenar el machismo y lograr la plena igualdad”.

Esto llevó a algunos a usar las redes sociales para decir que la actuación de Veiga fue algo “gravísimo” que supone dar “pasos atrás en el proceso de educación en igualdad”.

“Ni yo ni los 450 vecinos presentes teníamos esa mirada sucia”

Tras ser criticado por su intervención en el Auditorio, el actor Javier Veiga se refiere a sus detractores como “guardianes de la moral” y reseña que, “lo más paradójico, es que son los mismos que señalaban con el dedo a una chica que pasaba en un desfile navideño con chaqueta de Papa Noel y medias de rejilla diciendo ‘no se puede ir en un desfile institucional vestida así como una pendanga”.

Son, añade, “el mismo perro, pero con distinto collar”. Y no duda en recalcar que “ellos sí son el problema, ni yo ni mis 450 vecinos presentes en el Auditorio, puesto que ninguno teníamos esa mirada sucia”.

Lo cual conduce al propio actor a reseñar que “lo que echa por tierra años de lucha por la igualdad es perder la objetividad en el discurso y tratar a la sociedad como si todos fuésemos niños y a las mujeres como si fuesen jarrones delicados que se rompen solo con mirarlos”.

Lo que echa por tierra años de lucha por la igualdad es perder la objetividad en el discurso y tratar a la sociedad como si todos fuésemos niños y a las mujeres como si fuesen jarrones delicados que se rompen solo con mirarlos

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"Beatos mojigatos"

Esto lo lleva a señalar, en relación con lo que se pudo leer ayer a través de las redes sociales y algún foro, que “el movimiento feminista es una tarea de todos, y darle el altavoz a un puñado de beatos mojigatos no es el camino; al menos no es el mío, ni el de la gente que me rodea”.

Por eso Javi Veiga lamenta que se utilice todo esto para “manchar la imagen” de O Grove y del flamante Auditorio.

El público durante la gala inaugural. INAKI ABELLA DIEGUEZ

“Me da mucha pena que esta inauguración, tan importante para el pueblo y tan especial para mí, se haya ensuciado de esta manera”, declara.

Y lo hace refiriéndose directamente a sus detractores para pedirles que “dejen de pontificar con sus ideas rancias y repetidas”, puesto que “la sociedad es más adulta que ustedes”.

No va a renunciar a volver a su pueblo natal por "un puñado de ofendidos"

El grovense Javier Veiga asegura que “podría caer en el error de pensar que no debo volver a actuar en O Grove”.

Pero entiende que “eso sí sería faltar al respeto a todos mis vecinos” y sería una victoria para “un puñado de ofendidos” que no representan al pueblo meco.

A esos ofendidos les dice que no sabe “cuánto de gracioso fui el otro día” y les recuerda que “cada uno es libre de que algo le guste o no”, pero “la ofensa es un sentimiento personal del que los cómicos no nos podemos hacer responsables”.

Y termina: “Yo me dedico al mundo del espectáculo, no a la política; me dedico a entretener a la gente, no a adoctrinarla, y mi manera de expresarme es a través del humor”.

El humor como terapia

A su juicio, “cada uno gestiona su dolor como le da la gana, y para muchos, el humor es una manera maravillosa de convivir con sus traumas y con sus miserias”.

De ahí que aconseje a quienes lo tachan de machista que se preocupen “de los problemas reales de igualdad, que por supuesto que los hay, y dejen que los humoristas hagamos nuestro trabajo y que la mayoría de los vecinos se rían sin señalarlos con el dedo”.

Vivimos en una sociedad en la que sabemos que existe un machismo, un racismo y un fascismo que rechazamos de pleno, sin necesidad de que un regimiento de guardianes de la moral lo oculten debajo de la alfombra

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“Sabemos que hay machismo, racismo y fascismo sin necesidad de un regimiento de guardianes de la moral”

Como se avanzaba ayer en FARO, el Consello Local da Igualdade (CLI) denunció públicamente la intervención de Javi Veiga en la gala del Auditorio para dejar constancia de que “se siguen utilizando, a modo de mofa, temas que menoscaban a la mujer o cualquier otro elemento discriminatorio”.

Así las cosas, al referirse a los “comentarios del conductor de la gala” y repudiar “que se banalice la violencia de género”, el CLI advirtió de que ese tipo de actitudes “tiran por tierra años de lucha por la igualdad real”, además de constituir “un precedente que da paso a normalizar y bromear con situaciones relacionadas con la violencia de género y la visión sexista de las personas”.

Además de considerar que este proceder no tiene cabida en actos institucionales como el de inauguración del Auditorio, resaltando que “todos, y muy especialmente las Administraciones públicas, debemos tomar muy en serio problemas como la desigualdad y la violencia contra la mujer”.

A lo que Javi Veiga replica diciendo que con su comunicado “ofendido y aleccionador”, el CLI “no solo me desacredita a mí, sino también a todos los vecinos a los que infantilizan suponiendo que ellos no tuvieron la capacidad de darse cuenta de lo demoniaco y perverso de mis comentarios y se rieron de algo que no debían”.

Habla de 450 vecinos que “son personas adultas que entienden perfectamente que yo estoy haciendo una sátira de la que son cómplices, porque comprenden y comparten la ironía y la retranca desde donde está hecha”.

Y habla, igualmente, de vecinos que, “como yo, vivimos en una sociedad en la que sabemos que existe un machismo, un racismo y un fascismo que rechazamos de pleno, sin necesidad de que un regimiento de guardianes de la moral lo oculten debajo de la alfombra”.

Muy por el contrario, “la mayoría de nosotros preferimos reírnos de ello, porque nos provoca una catarsis que nos hace más llevadero convivir con todo eso que despreciamos tanto o más que quienes ahora me critican”.

Ese, concluye, “es el camino a la igualdad real, y no el de aquellos que prefieren ocultar un problema”. Él prefiere satirizarlo. Y al hacerlo, “el público ríe, porque entiende mi postura y la comparte”.

Por eso pide a sus detractores “que no malinterpreten” sus palabras con un “filtro perverso”. Esto “no quiere decir que seamos más frívolos –asevera–; a lo mejor solo es cuestión de inteligencia emocional o, en cualquier caso, de una elección personal”.

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