Vilagarcía despidió ayer unas fiestas de San Roque atípicas, en las que no se celebraron eventos tan importantes y multitudinarios como la Festa da Auga o el Combate Naval. El motivo no es otro que los problemas que ha provocado la pandemia de COVID-19, que ha obligado a replantearse unas fiestas que han apostado por evitar grandes aglomeraciones sin renunciar a la calidad de las mismas.

El Festraclown fue uno de los grandes atractivos de un San Roque que ayer se despidió con las actividades del Folk no Alobre. Fué en las inmediaciones del parque Valdés Bermejo y en el Castro Alobre donde se concentraron las actuaciones de música tradicional. Era la V edición de la actividad que organiza Pés de Barro y que ayer congregó a un considerable número de músicos y artistas, eso sí, respetando las medidas anti-COVID dictadas por las autoridades sanitarias.

Además de música, el Folk no Alobre incluyó una visita guiada al yacimiento castrexo que se encuentra en la zona. Esa visita fue guiada por el polifacético artista Xurxo Souto. El sonido de las gaitas se dejó oír por las calles de Vilagarcía, con los pasacalles de los grupos Xirifeiros y Lumarada de Cornazo. La despedida de estas fiestas le correspondió al concierto de Xosé Lois Romero y Aliboria que sacaron todo lo mejor de su repertorio sobre el escenario.