“Seguimos trabajando con la perspectiva de abrir el parque acuático de Meis este verano, pero la verdad es que también hemos echado un poco el freno a las obras”, afirma Aurelio González, portavoz de la empresa Crelpabe y del proyecto del mayor “aquapark” de Galicia.
Lo cierto es que las obras en la antigua cantera de Penente (Meis) han avanzado mucho en los dos últimos meses: ya están casi montadas algunas de las atracciones, y están construidas la piscina de olas y el esqueleto de la cafetería, entre otras infraestructuras. Pero estos días hay pocos operarios en la obra. Y es que los empresarios siguen con mucha preocupación la evolución de la pandemia.
“Por el momento seguimos con la idea de abrir en verano”, afirma Aurelio González. “Pero necesitamos que se levanten los cierres perimetrales en España y que se abra la frontera con Portugal”, añade el promotor. Y es que, tal y como recuerda, poner en marcha un gigante como va a ser el parque acuático de Meis exige una inversión tan elevada que no podría sostenerse si no puede acudir gente de fuera de Galicia. “En estos momentos, no tenemos claro que vaya a haber la movilidad que necesitamos”, admite González.
“Por el momento seguimos con la idea de abrir en verano, pero necesitamos que se levanten los cierres perimetrales en España y que se abra la frontera con Portugal”
En todo caso, los trabajos prosiguen con el montaje de las instalaciones, de lo que se encarga la firma levantina Action Waterscapes. Si todo fuese bien, el parque de atracciones podría abrir en julio.
Escalofríos asegurados
El parque acuático de Meis incorporará algunas atracciones capaces de erizarle la piel hasta al más osado. Una de ellas es el “Kamikaze”, que ha sido bautizada con este nombre porque cuando la persona se prepare para descender por el tobogán, no verá lo que hay debajo. Aurelio González indica que el parque contará con dos “Kamikazes”, uno en tubo cerrado y otro descubierto. Pero los escalofríos estarán asegurados en ambos, pues la estructura arranca a una altura de unos 18 metros, y quienes se atrevan a bajar recorrerán una distancia de unos 60 metros antes de llegar al agua.
Además de los “Kamikazes”, se ha diseñado un “Castelo”, que es un conjunto de juegos de agua, o el “Black Hole” (agujero negro, en inglés), que es un tubo en el que los visitantes bajan sentados sobre unas balsas. También habrá un “multipista” , compuesto por seis toboganes gemelos, así como un velocísimo hidrotubo.
Otra de las estructuras estrella será la piscina de natación libre, en la que habrá actividades guiadas de gimnasia acuática.
La piscina de olas mide unos 70 metros de largo y será una de las mayores de España
También está muy avanzada la piscina de olas, que será una de las más grandes de la Península Ibérica, al contar con unas dimensiones de unos 70 metros de largo por unos 50 de ancho. Este tipo de piscinas con zona de playa en las que se recrea el oleaje del mar son de las atracciones más buscadas en los “aquaparks”, y la de Meis se situará en la parte opuesta a la entrada al recinto, para que los visitantes lleguen a ella tras haber disfrutado de más juegos.
Un río artificial recorrerá el parque, en el que se han conservado algunos ejemplares de árboles autóctonos. Los promotores también pretenden hacer un guiño al pasado de la parcela como vieja cantera de piedra, y está previsto que quede en pie al menos un “menhir” en el perímetro exterior.
Otro de los grandes atractivos del Parque da Auga son sus extraordinarias vistas al valle de O Salnés, con perspectivas que van desde el monte Xiabre, en Vilagarcía, hasta el istmo de A Lanzada. Para aprovechar esta baza, la empresa ha encargado que el diseño del restaurante prime las vistas, y se habilitará un mirador en la parte superior de la finca.
En todo caso, aún queda mucho trabajo por delante, tanto en el parque en sí como en los accesos y los aparcamientos.
Turistas de obra: la empresa avisa del riesgo de meterse en el recinto sin permiso
La empresa se enfrenta a un nuevo problema, y es que lleva un tiempo detectando a personas que se meten en la obra sin autorización, cuando no hay trabajadores, ya sea en días festivos o los fines de semana.
Aurelio González recuerda que se trata de una zona en trabajos, y que puede ser muy peligroso caminar por ella, pues hay lugares donde el terreno puede resultar inestable. Además, el parque se está construyendo sobre la ladera de un monte, de modo que hay un desnivel importante entre su parte alta y la baja. Esto motiva que algunos pasos entre las terrazas sean muy empinados, y sea fácil perder pie si no se lleva un buen calzado.
La empresa ha colocado carteles en diferentes lugares advirtiendo de que no se debe entrar a la obra, pero hay gente que hace caso omiso a los mismos y se arriesga. Sobre esto, González ha dicho que, “hay que tener precaución y sentido común”. Además, señala que, “el parque se puede ver muchísimo mejor desde arriba, por el camino que lo bordea por la parte alta, porque tienes una visión general, completa, mientras que si estás dentro solo ves lo que te rodea. Por el camino de fuera se puede ver mejor, y además es una zona segura”.
