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Un proyecto experimental permitirá cultivar vieira, volandeira y zamburiña en dos bateas

Las bateas están fondeadas al lado de la isla de A Toxa.

La empresa Monroa S.L., conocida dentro y fuera de O Grove por ser la gestora de un servicio turístico tan popular como el de transporte de pasajeros por la ría, para lo que dispone del catamarán “Pelegrín”, es la impulsora de un proyecto experimental para el “cultivo integral de pectínidos en artefacto flotante”.

Dicho de otro modo, pretende cultivar vieira, zamburiña y volandeira en dos bateas –como se hace con el mejillón y la ostra– fondeadas entre el puerto de O Grove y la isla de A Toxa.

Unos viveros, por cierto, provistos de unas características técnicas que los diferencian de los parques de cultivo habituales, siendo la principal el uso en su construcción de un material tan versátil como el polietileno.

Las bateas de polietileno a emplear. FdV

Es una idea centrada en la obtención de cría de las citadas especies mediante colectores –como hacen los bateeiros con la mejilla–, pero también en las fases de preengorde y engorde de los pectínidos de interés comercial de Galicia, “para tratar de valorar la viabilidad de su cultivo desde el punto de vista biológico y económico”.

“Queremos seguir impulsando y desarrollando experiencias enfocadas a la optimización del cultivo de pectínidos y lograr una producción anual de mayor calidad, más estable y rentable”

Monroa S.L.

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El lugar elegido para el cultivo experimental de vieira, zamburiña y volandeira. FdV

Como también para “seguir impulsando y desarrollando experiencias enfocadas a la optimización del cultivo de pectínidos y lograr una producción anual de mayor calidad, más estable y rentable”, explica el documento ambiental promovido por Monroa S.L.

Un sistema de "linternas"

Para este fin se contemplan innovadores procedimientos de cultivo. A modo de ejemplo, puede decirse que se va a utilizar “un sistema de ‘linternas’ –una especie de despensa de red– con malla de monofilamento” mediante el que se propicia la captación de la semilla en el medio natural.

La ubicación elegida para desarrollar el proyecto experimental. Monroa S.L.

A mayores se usará un sistema de jaulas “Pead” con bandejas de cultivo ensambladas, con capacidad para ocho o doce unidades. Será ahí donde se desarrolle el preengorde de la semilla, ensamblando las bandejas en una jaula con cuatro guías laterales en forma de ele (L).

Esas jaulas “se desmontan totalmente y, a través de las argollas inferiores, pueden unirse con anillas de caucho y mantener otro módulo de cultivo a mayor profundidad”.

Opción de voltear la jaula

El mecanismo elegido está reforzado con acero y permite atar las jaulas a la batea o bien entre sí, dando además la opción de “voltear la jaula periódicamente para redistribuir la semilla en la bandeja de cultivo”.

Algunos de los elementos a emplear en las bateas.

Los responsables del proyecto explican que, dependiendo del tamaño de la semilla a preengordar, “se unirá a las estructuras metálicas una malla textil que garantice la retención de los individuos”.

Para el engorde final de la vieira y la zamburiña se ha optado por un sistema de jaulas metálicas construidas en hierro galvanizado de sección en la misma forma de L con unas dimensiones interiores de 74 centímetros de ancho, 114 de largo y 136 de alto.

Están provistas de dos travesaños centrales, uno en su base y otro cenital, y en su interior se disponen cuatro filas con ocho cajas ranuradas de polietileno de 57 centímetros de largo, por 37 de ancho y 17 de alto”.

La previsión es que en la batea que obtenga mejores resultados de fijación de semilla se realice la captación y la primera fase de preengorde, mientras que el otro vivero se reservará para la segunda fase de preengorde y el engorde final.

Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA)

Volviendo al principio, hay que destacar que todo esto va a desarrollarse sobre dos viveros flotantes de polietileno (cuadrículas 80 y 88) fondeados en el polígono Grove A, localizado entre el puerto meco y la isla de A Toxa, dentro de los límites de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) perteneciente a la Red Natura 2000.

Esta figura de ámbito ecológico hace más necesario, si cabe, el documento de evaluación ambiental elaborado y lanzado el pasado día 2, coincidiendo con el Día Mundial de los Humedales, actualmente expuesto al público por la Consellería de Medio Ambiente.

El estudio alude a la ausencia de impacto medioambiental del proyecto.

Se hace así, de acuerdo con la legislación vigente, “con la finalidad de identificar, predecir y prevenir las consecuencias que pueda tener la realización del proyecto en el medio y, en su caso, introducir modificaciones o medidas protectoras o correctoras que consigan hacer la actividad compatible con el área marina y mantener un estado de conservación favorable para las especies presentes en esta ZEPA”.

Sin efectos previsibles para las especies existentes 

Uno de los apartados más relevantes del informe medioambiental elaborado para explicar el proyecto de cultivo experimental de pectínidos en aguas de O Grove es el que niega posibles efectos sobre la fauna marina.

Algunas de las aves presentes en la ZEPA.

Así las cosas, “durante este cultivo no se realizan emisiones olorosas o lumínicas, y los ruidos y vibraciones únicamente están vinculados a la actividad de transporte y laboreo que se desarrolla en el barco auxiliar, la cual no genera incrementos sustanciales, de ahí que las molestias a la fauna vayan a ser mínimas y poco significativas”.

En cuanto a la posible introducción de especies foráneas en el medio natural, que es algo que siempre preocupa, el informe aludido reseña que “los ejemplares que se van a cultivar procederán de especies autóctonas captadas en el medio marino de la ría de Arousa”, lo cual es tanto como decir que “la actividad del cultivo previsto no supone un incremento del riesgo de transmisión de enfermedades ni de especies foráneas”.

Especies presentes en el entorno. FdV

Respecto a esto, también se dice que “los cultivos de moluscos en bateas son un claro ejemplo de coexistencia con la fauna marina, donde los viveros proporcionan un recurso extra de alimentación seguro y abundante, ecológicamente sostenible, ofreciendo la oportunidad de observar esta positiva interacción entre la fauna y la acuicultura”.

Aves marinas y delfines

Abundando en ello, el mismo informe resalta que “la productividad y riqueza de la ría de Arousa la convierten en un lugar de interés para las aves marinas y limícolas, además de albergar importantes poblaciones de cetáceos, entre los que destaca la mejor población española de marsopa (Phocoena phocoena), además del delfín común (Delphinus delphis) y el delfín mular (Tursiops truncatus)”.

En consecuencia, “podemos considerar el posible impacto del cultivo integral de pectínidos en batea como poco significativo y compatible con la biodiversidad de la zona marina”, asegura el informe

Sin piensos ni medicamentos

Un dato a tener en cuenta, sobre todo después de la polémica surgida en el pasado con otros proyectos experimentales, como el de cultivo de salmón en jaulas, es que el de pectínidos en batea no requiere del empleo de piensos u otros productos que puedan suponer una alteración del medio marino en la ría de Arousa.

Así queda patente en el informe de impacto ambiental, en el que se hace constar, expresamente, que en el cultivo de semilla de pectínidos en vivero flotante “no existe aporte de alimento ni de piensos”, como tampoco se hace con el mejillón.

Hay que tener en cuenta que estos moluscos bivalvos son biofiltradores que se alimentan de fitoplancton y partículas de materia orgánica en suspensión.

Para el cultivo de especies como la viera o la zamburiña “tampoco es necesario el uso de sustancias para el tratamiento o profilaxis de enfermedades”.

135 fondeos

De esa evaluación de impacto ambiental simplificada se desprende que en el polígono Grove A hay 135 puntos de fondeo o cuadrículas autorizados.

Las dos bateas elegidas para este proyecto (de 27 por 20 metros) están fondeadas con cuatro muertos, cada uno de aproximadamente 16 toneladas de peso, orientándose con los lados más largos hacia el este/oeste y, por tanto, con los más cortos hacia el norte/sur.

El emparrillado empleado en el sistema experimental.

Son plataformas de emparrillado flotante articuladas con “sistema de anillas”, siendo ésta, junto al material elegido para la construcción, una de sus características más importantes.

La ficha técnica dice que tales bateas están formadas por “dos series de tubos paralelos –diez con 630 de diámetro y 20 metros de largo y otros tantos de 400 de diámetro y 27 metros de largo– que se cruzan perpendicularmente formando un retículo”.

“Se mimetizan con el entorno marino, favoreciendo su integración paisajística”

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El empleo de anillas de polietileno de poco peso como piezas de engarce de los tubos confiere a la estructura una elevada flotabilidad. Y el uso de ese material, que es el elemento diferenciador de estas bateas experimentales respecto a las tradicionales, garantiza también “una mayor flexibilidad y adaptabilidad al medio, incluso en las condiciones más adversas”.

Baja densidad de cultivo y desdoble

Lejos del empleo de suplementos alimenticios o productos químicos, el crecimiento de los pectínidos depende de prácticas “culturales” como limitar al máximo la densidad de cultivo.

Como indica el informe técnico y medioambiental emitido para la empresa grovense Monroa S.L., “para lograr un crecimiento óptimo de los moluscos se debe trabajar a densidades moderadas, realizar frecuentes desdoblamientos y procurar que la carga máxima de individuos por unidad de cultivo se adecue”.

También es importante, sobre todo atendiendo a la mortalidad que se produce por la manipulación de las semillas, la predación, la calidad del agua, la densidad de siembra o las enfermedades, que se realicen labores periódicas de limpieza en las bateas y un buen número de desdobles.

Esta acción, consistente en distribuir una unidad de producción en varias para que los individuos sigan creciendo, debe intensificarse en los meses de más temperatura ambiental y oceanográfica, es decir, en primavera y verano, que es cuando se registra un mayor índice de crecimiento y los individuos “pueden duplicar el peso en un mes”.

Así se detalla en la ficha técnica, donde se apunta que la alta flotabilidad conseguida hace innecesario el empleo de los tradicionales sistemas de flotación de los viveros. Como también se asegura que estas novedosas estructuras flotantes sobresalen muy poco de la superficie del agua. Esta circunstancia, unida a su color oscuro, hace que “se mimeticen con el entorno marino, favoreciendo su integración paisajística”.

La zona de fondeo.

Material “flexible, reciclable y no tóxico”

Al concretar las ventajas del uso de polietileno también se hace constar que es “un material totalmente garantizado, que no sufre corrosiones y de muy alta resistencia”, además de ser “flexible, reciclable y no tóxico”. Por si fuera poco, “no precisa pinturas ni imprimaciones para su conservación, reduciéndose los costes de mantenimiento y aumentando la protección del medio marino”.

Amparados de los vientos del sur y el suroeste, pero expuestos a los del oeste, noroeste y norte, estos viveros experimentales, capaces de soportar hasta 20 toneladas de capacidad, están en una zona con una profundidad de entre 5 y 9 metros, donde el fondo marino es predominantemente fangoso.

Algunas de las claves del proyecto.

Una zona donde el marisqueo es una de las actividades estelares

El informe ambiental sostiene que “por las características del cultivo marino, los artefactos flotantes y de las especies objeto de producción, durante el desarrollo del proyecto experimental no se alterará de manera significativa la columna de agua, los fondos sedimentarios y las comunidades bentónicas del medio marino receptor”.

Asimismo, “el desarrollo de esta actividad será compatible con el cumplimiento de las normas de calidad ambiental y con la preservación de los valores naturales en esta Zona de Especial Protección para las Aves del Espacio Marino de las Rías Baixas (ZEPA ES0000499).

Por último, se garantiza que el proyecto de cultivo de vieira, zamburiña y volandeira “será compatible con los objetivos ambientales generales y específicos de la Estrategia Marina de la Demarcación Noratlántica, de acuerdo a la Ley 41/2010, de 29 de diciembre, de protección del medio marino”.

Marisqueo a flote en O Grove. FdV

Es importante tener todo esto en cuenta, sobre todo pensando en la trascendencia del marisqueo a pie, a flote o mediante técnicas de buceo.

A este respecto se especifica que “la ensenada de O Grove pertenece a una amplia zona de producción de moluscos bivalvos denominada GAL-09, que se subdivide en 11 zonas de producción”.

La meca “está delimitada por una línea imaginaria que une Punta Carreirón (A Illa de Arousa) con Punta Cantodorxo (O Grove) y, la línea que une Punta Xastelas (A Illa), Punta Cabreirón (A Toxa) y Punta Correlo.

Los bancos marisqueros mecos, según el estudio de impacto.

Dicho lo cual se aclara que en la ensenada de O Grove “existen multitud de bancos marisqueros donde se recogen con fines comerciales diversas especies de bivalvos”, tales como berberecho, almeja fina, almeja babosa, japonesa, rubia, reló, bicuda y navaja.

Los bancos marisqueros más cercanos a las bateas de cultivo de pectínidos protagonistas de este proyecto experimental son los denominados Vía Norte o Vía de Abaixo, Illeiriña, A Cantareira, Lombo do Faro das Sinas, Lordelo-Cubreiro, Cantodorxo-2, Cantodorxo-1, Punta da Cruz das Ánimas y As Meáns.

Las medidas protectoras y correctoras del Programa de Vigilancia y Seguimiento Ambiental

El Programa de Vigilancia y Seguimiento Ambiental (PVSA) establece medidas protectoras, correctoras y de vigilancia “destinadas al control y minimización de las posibles afecciones ambientales durante el desarrollo de la actividad”.

Lo hace a través de una “medición y seguimiento” que se centra en la columna de agua, los sedimentos y la biocenosis natural, tratando así de “controlar la calidad de los componentes del entorno, vigilar que las posibles modificaciones de la actividad no superen los límites establecidos en las normas de calidad y procurando que los posibles efectos derivados del cultivo no se extiendan más allá de la zona de explotación”.

Puede detallarse que para el control de la calidad del agua y de los fondos sedimentarios se establecen cuatro estaciones de muestreo y que en cada una de ellas se recogerán tres muestras para el control de la calidad de la columna de agua y una para el control de las características físico-químicas y el control de las comunidades bentónicas del fondo mediante el estudio de la macrofauna, incluidas las especies de interés pesquero y marisquero. Los muestreos se realizarán con periodicidad semestral (en invierno y verano).

Localización del proyecto dentro de los límites de la ZEPA.

La apuesta preferente por el autoabastecimiento de semilla y las fases de engorde

La intención de la empresa de O Grove que impulsa el proyecto de cultivo de pectínidos es lograr el autoabastecimiento de semilla, principalmente mediante su captación natural en los colectores instalados en las bateas experimentales.

Aunque también es cierto que no se descarta la consecución de alevines “en criaderos autorizados y procedentes de progenitores autóctonos”.

Inicialmente se estima que la talla de la semilla obtenida en los colectores, procedente de distintas puestas, puede rondar entre los 14 y los 19 milímetros, en el caso de las primeras, y entre 5 y 12 milímetros, en las tardías.

Una vez obtenida la semilla, que tendrá entre 5 y 19 milímetros, será el momento de afrontar la primera fase de preengorde.

"La vieira crecerá hasta que, al cabo de 24 o 28 meses, alcance los 10 centímetros y pueda ser comercializada, previa depuración y evisceración en una planta autorizada"

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Sea como fuere, la diferencia de tamaños obligará a realizar un tamizado previo para separarla por tallas “y que el crecimiento sea más homogéneo”.

En la segunda fase de preengorde, cuando la semilla alcance los 20 o 25 milímetros se variarán las densidades de cultivo, también con un tamizado previo “para ajustar las cabezas y las colas de la producción, de forma que puedan entrar escalonadas en la fase de engorde”.

"Con la zamburiña y la volandeira se espera alcanzar para su venta una talla igual o superior a los cuatro centímetros, la cual podrán alcanzar en un plazo estimado de 12 o 18 meses, respectivamente, desde la fijación"

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En el caso de vieira se colocarán entre 25 y 50 individuos por caja hasta que ronden los 80 milímetros. Ya en esa fase de engorde habrá 10, 12, 15 y 20 ejemplares de vieira por caja. Y seguirá creciendo hasta que, al cabo de 24 o 28 meses, alcance los 10 centímetros y pueda ser comercializada, previa depuración y evisceración en una planta autorizada.

La eliminación de los residuos

En el informe ambiental elaborado para el proyecto de cultivo de pectínidos en batea se abordan todos los frentes posibles. También el referido al tratamiento de los residuos generados durante las labores de cultivo, especialmente durante las tareas de limpieza y desdoble.

Pueden ser de dos tipos, tanto orgánicos (conchas, ejemplares muertos o rotos, algas u otros organismos similares) como residuos sólidos (bolsas de red, envases, plásticos y papeles).

Tales restos se separarán y clasificarán para ser almacenados en “recipientes adecuados dentro de la embarcación auxiliar”.

En cuanto ésta llegue a puerto “se depositarán en los correspondientes contenedores para su recogida y tratamiento por el gestor correspondiente”.

En lo concerniente a la zamburiña y la volandeira se espera alcanzar para su venta una talla igual o superior a los cuatro centímetros, la cual podrán lograr en un plazo estimado de 12 o 18 meses, respectivamente, desde la fijación.

Diez años de observación soportando fuertes temporales

El informe difundido por la Consellería de Medio Ambiente a instancias de la firma grovense Monroa S.L. destaca que los artefactos flotantes sobre los que se pretende llevar a cabo el proyecto “ya se encuentran fondeados en la zona marina y debidamente acreditado su comportamiento náutico durante más de diez años”.

“Los ejemplares que se van a cultivar procederán de especies autóctonas captadas en el medio marino de la ría de Arousa”

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En este tiempo dichas bateas “han soportado los fuertes temporales sin moverse de su cuadrícula; y los cuatro muertos de cada una siguen en el mismo punto de fondeo”.

Al igual que incide en que “este tipo de bateas, al tener poca altura y estar entre dos aguas, no ofrecen resistencia alguna al viento y al mar”, de ahí que en las inspecciones llevadas a cabo durante los temporales “se comprobara la considerable flexibilidad" de los artefactos.

El mapa que muestra los tipos de substrato.

Y después de los mismos “nunca se localizó rotura o avería alguna en los elementos que componen el emparrillado”.

Todo debido a la flexibilidad del polietileno utilizado en la construcción y al “especial sistema de anillos” de estas bateas, confiriéndoles así “máxima adaptabilidad al medio incluso en las condiciones más adversas”.

Al reseñar que esa adaptación es superior a la que ofrecen las bateas tradicionales de madera, los impulsores del proyecto dejan constancia de que el polietileno “es un material totalmente garantizado, que no sufre corrosiones y de muy alta resistencia frente a golpes de embarcaciones y cualquier otro artefacto flotante”.

La zona de actuación.

"El polietileno “es un material totalmente garantizado, que no sufre corrosiones y de muy alta resistencia frente a golpes de embarcaciones y cualquier otro artefacto flotante”

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Paisaje

Al presentar informe sobre el apartado relativo a “Paisaje”, se aclara que “es un elemento integrador de todos los elementos (tangibles e intangibles) y procesos presentes en el territorio”.

A lo que se añade que “el tipo de paisaje propio de este espacio marítimo-terrestre se designada como ‘Litoral Cántabro-Atlántico’, que representa un amplio y estrecho espacio en el cual interactúan los espacios terrestre y marino, con medios y ecosistemas propios y singulares”.

La zona en la que se encuentran las bateas, con A Toxa, en primer término, y O Grove, al fondo. Iñaki Abella

Así las cosas, el paisaje en la zona del puerto de O Grove, “área de crecimiento urbano actual, a pesar de crecimientos desorganizados y desvinculados del entorno que restan calidad al paisaje, muestra una gran capacidad de atracción ligada a su carácter marinero y tradicional, que, unido a su gran patrimonio natural, cultural y gastronómico, le da un alto valor paisajístico”.

Como espacio anexo al núcleo paisajístico de O Grove se sitúa la isla de A Toxa, considerada un “centro turístico de primera línea y foco de atracción indudable del municipio”.

Entre ambos enclaves se sitúa la zona en la que desarrollar el proyecto experimental de cultivo de vieira; un área que desde el punto de vista paisajístico “se caracteriza por el singular paisaje de las rías gallegas, con la presencia de otras estructuras flotantes dedicadas a la acuicultura (mejillón y ostra) y los elementos que su actividad genera”, tales como los barcos auxiliares de acuicultura.

Las bateas forman parte del característico paisaje de la ría de Arousa. Iñaki Abella

Las bateas de mejillón y ostra existentes en la ría

Al hilo de esto, el mismo documento ambiental detalla que “en la ría de Arousa hay fondeadas un total de 2.452 bateas, de las cuales 1.752 están en la margen sur y 700, en la norte”.

Y sentencia: “El paisaje de Galicia no se entendería hoy día sin las bateas de sus rías, una tradicional explotación de acuicultura asumida por los habitantes del litoral que es reflejo del desarrollo del sector acuícola y está presente desde hace, al menos, 50 años”.

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