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Los profesionales quieren una credencial en el neopreno “para identificar a los de verdad”

Sería una especie de dorsal que evite a los furtivos infiltrarse entre quienes recogen cría

Un hombre traslada la semilla por tierra mientras otros trabajan.

Los bateeiros quieren desempeñar su labor “de forma tranquila y sin problemas”. Prueba de ello es que incluso plantean a la Xunta la posibilidad de establecer algún tipo de credencial o tarjeta de identificación que, como si del dorsal de un atleta se tratara, puedan llevar pegado a sus trajes de neopreno o cualquier tipo de vestimenta que empleen.

La idea es que funcione como una tarjeta de identificación o carné que resulte fácil de ver y sirva en todo momento para saber que quienes recolectan la semilla están autorizados para ello.

Bateeiros con trajes de neopreno recogiendo mejilla. FdV

Por la misma razón, será más fácil “localizar a los jubilados, los percebeiros o cualquier furtivo” que se “infiltre” entre los mejilloneros legales para recoger semilla clandestinamente y después venderla.

Las cuerdas colectoras, autorizadas hasta el día 31, podrían ser más largas


Las cuerdas colectoras o de cría, es decir, las que se cuelgan del emparrillado de las bateas para que las larvas del mejillón puedan fijarse a ellas de manera totalmente natural, podrían ser más largas.

Eso es, al menos, lo que quiere el sector y estudia ya la Consellería do Mar, después de lo planteado hace unos días en la última reunión de la Mesa do Mexillón.

Hay que explicar que los mejilloneros necesitan esa semilla para cultivar el “oro negro” de batea. Pueden obtenerla tanto en las cuerdas colectoras de los viveros como recorriendo el litoral gallego para “raspar” la cría que se adhiere a las rocas. Pues bien, las cuerdas recolectoras no pueden medir más de cinco metros contados a partir de la superficie del mar y, por tanto, tienen una capacidad de recolección limitada.

Lo que pide el sector es que se permita colocarlas sin más límite de tamaño que el determinado por la profundidad de la zona.

De este modo, considera, acudirán muchos menos a las rocas, se evitarán conflictos con los percebeiros “y estaremos recolectando de manera natural algo que ya está en el mar –el desove del molusco–, antes de que se fije a las piedras”.

A la espera de que Mar tome una determinación, puede decirse que la Consellería decidió ampliar hasta el día 31 de este mes el periodo autorizado para mantener las cuerdas colectoras en las bateas.

Se trata así –como ya hizo hace meses con una ampliación anterior de plazo y permitiendo 50 cuerdas colectoras adicionales– de compensar el tiempo perdido durante el confinamiento, ya que también dificultó la capacidad de maniobra del sector, limitó sus ventas de producto comercial y, a la postre, alteró el ciclo productivo.

“Ese carné, que puede ser válido por el periodo de vigencia de la concesión que tenga cada uno en su batea, evitará que nos culpen a nosotros cuando otros dañan los bancos de percebe”, proclaman.

"Evitará que nos culpen a nosotros cuando otros dañan los bancos de percebe”

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Se trata de una posibilidad sobre la que ayer se hablaba largo y tendido, mientras los bateeiros realizaban las tareas de recolección de cría en las rocas de Raeiros y Con Negro, en lo que al Concello de O Grove se refiere.

Por cierto, que parece que en esas zonas, donde el mar estaba esta vez “como un plato”, se aprecia una preocupante escasez de cría.

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