MANUEL MÉNDEZ

"Me llamo Miguel, no me gusta decir la edad que tengo porque eso forma parte de la actitud, por eso dejo que cada persona piense lo que quiera; por cierto, soy de O Grove y estoy muy bueno". Así se presentaba Miguel Vilas hace apenas un par de meses cuando entró a formar parte del reality televisivo Gran Hermano 17. Desde entonces ha sucedido absolutamente de todo en la casa de Guadalix, como por otra parte suele ser habitual en este popular programa. Pero uno de los momentos culminantes ha vuelto a protagonizarlo el propio grovense, cuando por fin desveló a sus compañeros su gran secreto: su calvicie.

Algunos ya sabían de ello y otros desconfiaban, pero esta vez no ha dejado margen de duda posible y tras reunirlos se agarró el peluquín con su mano derecha y dejó al descubierto su gran frente. Eso sí, entre lloros y visiblemente desconsolado.

"En el fondo sé quién soy, pero vosotros no sabéis quién soy yo", espetó el joven a unos expectantes concursantes. "Desde pequeñito siempre me dijeron que era una persona diferente y tuve que currármelo mucho para ser quien quería ser y cumplir unos requisitos que iba modificando para alcanzar esa perfección, y si me dáis cinco minutos vengo y os enseño una cosa", añadió.

En ese instante dejó solos a sus desconcertados "colegas" y tras aplicarse los productos necesarios para despegar el postizo regresó con ellos y se lo levantó. "No vine a ganar un premio, pero me voy contento de que al verme sepáis con quién habláis", aseverara Miguel Vilas mientras sus compañeros se acercaban a él para abrazarlo, besarlo y mostrarle todo el cariño que en ese momento necesitaba.

¿Pero por qué lo hizo, y precisamente ahora? Pues quizás las palabras de Bárbara han sido una losa difícil de soportar. "Miguel libérate", le había dicho ella antes de irse. ¡Y se liberó, vaya si se liberó! Aquel chico que a su llegada se presentó como ""transgresor, imaginativo, empático, egocéntrico, enérgico, seguro, echado para adelante, paciente y con desparpajo", se quitó por fin la "careta" con la que se sentía identificado para mostrar su verdadero yo.

Está por ver ahora cuál de los dos Miguel es en relidad el verdadero, pues el joven modelo grovense llevaba mucho tiempo con esa imagen de chico perfecto, y salvo en los momentos de mayor intimidad, no cabe duda de que con su peluquín se sentía muy, pero que muy cómodo. Como está por ver también si los que eran sus amigos lo seguirán siendo y si la nueva imagen le hace cambiar de actidud.