Cuán largo me lo fiáis amigo Varela. Las calabazas del BNG han sido un ejercicio de cordura tras anteriores experiencias que solo han significado un desgaste para los colaboradores.
Los nacionalistas atienden con ello al mandato de las urnas. Vilagarcía no quiso mayorías absolutas. Prefiere a grupos que contesten a las propuestas, es decir que hagan oposición, en definitiva, que fiscalice.
Villaronga se acaba de ganar un punto en términos de democracia que etimológicamente no es más que eso: gobierno del pueblo.
Cuatro años es demasiada confianza para otorgarla al principio de mandato. Quien la acepte porque sí, solo trata de obtener réditos personales o partidistas. Varela debería conformarse con su mayoría y conquistar a la oposición con el tiempo, es decir con proyectos, ideas y argumentos. Luego quizás lleguen horas de pactos, cuando se sepa qué va a hacer.
A muchos gobiernos les ha bastado su peso en votos para revalidar resultados en la siguiente convocatoria. Es cuestión de hacerlo bien.
