La Xunta de Galicia comenzó ayer los esperados trabajos de mejora del firme de la carretera entre Pontevedra y Vilagarcía. Junto con la PO-308, la PO-531 es el vial de titularidad autonómica que soporta una mayor intensidad de tráfico y su deplorable estado urgía a acometer una actuación de calado para reparar su deteriorado asfalto.

Esta actuación, anunciada por el ya exconselleiro Agustín Hernández justo antes de dejar este cargo, conllevará un importante peaje para los miles de conductores que utilizan habitualmente este vial (una media cercana a los 20.000 al día), dado que se producirán retenciones y las obras se prolongarán durante buena parte del verano, cuando la intensidad de tráfico es mayor.

El jefe provincial del Servizo de Infraestructuras de Pontevedra, Fausto Núñez, confirmó ayer que, en el caso de un normal devenir de las obras, estas se prolongarán a lo largo de mes y medio.

Desde Baión

Los trabajos comenzaron por la rotonda de Baión y se centran en los tramos más deteriorados hasta llegar a la glorieta del puente de A Barca, en Pontevedra.

Aunque se da paso alternativamente al tráfico por uno de los carriles, ayer ya se formaron las primeras caravanas a la altura de Vilanoviña, Meis.

La empresa adjudicataria de esos trabajos es Taboada y Ramos y la actuación incluye una intervención similar en el vial que une Vilagarcía con la Nacional 640 en Caldas de Reis a través del alto de O Pousadoiro.