Los padres y los profesores del colegio de A Pastora, en Cambados, están con los nervios a flor de piel. Tanto la directora del centro, Marina Tourís, como los responsables de la asociación de padres de alumnos criticaron ayer con dureza la actuación del ayuntamiento y de la empresa constructora encargada de reparar la cubierta.

Entienden que la gestión de la crisis ha sido nula, y los culpabilizan de que el centro sufriese durante el fin de semana una grave inundación, apenas 48 horas después de que el temporal “Flora” arrancase de cuajo buena parte de su cubierta.

“La sensación que tenemos es que llevamos desde el viernes perdiendo el tiempo”, explicaba ayer un portavoz de los padres.

La situación en el colegio cambadés es grave, y ayer lo visitaron tanto el alcalde de Cambados, Luis Aragunde, como el delegado de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís, y el jefe territorial de Educación, César Pérez Arias.

Tras examinar los daños, César Pérez afirmó que la Xunta le había dado una orden expresa a la constructora encargada de la reparación, la cambadesa Núñez Portas, para que “se trabajede día, tarde y noche”, hasta que se reponga la cubierta y el falso techo de la media docena de aulas afectadas por el temporal de viento del jueves y por las inundaciones del sábado.

El responsable de la Xunta indica que la previsión es que las planchas del falso techo llegasen al centro ayer por la tarde, “de modo que el próximo miércoles -por mañana- esté listo”.

A las 13.30 horas de mañana se celebrará una nueva reunión entre Xunta, padres y directivos del colegio para evaluar el estado de las obras y decidir cuándo se reanudarán las clases.

César Pérez plantea la posibilidad de que los 140 alumnos de entre 3 y 5 años pudiesen volver al centro ya el jueves o el viernes, “si el miércoles vemos que alguna de las aulas ya está limpia y preparada, es decir, sin humedades”. En caso contrario, “para garantizar la salud y la seguridad de los pequeños, se retrasará hasta el lunes que viene”. La asociación de padres, por su parte, prefiere que se hagan las cosas bien y sin prisas. “Tenemos que abrir el centro cuanto antes, pero con todas las garantías de seguridad para los niños”, alegaba ayer uno de los directivos.

Y es que la situación ayer todavía era muy mala en el centro. Aún escurría el agua por las paredes; había clases llenas de humedad; faltaba por revisar la instalación eléctrica; y la mayoría de los muebles, archivos y equipos informáticos se almacenaban en las pocas aulas del ala sur que se libraron del desastre.

Trabajo de los padres

Uno de los responsables de la asociación de padres, que dirige Sergio González, apuntaba ayer que “la dirección del colegio ya pidió que se instalase una lona para el fin de semana, pero la empresa avisada por el Concello lo que hizo fue poner unos plásticos que no servían para nada”. Además, la directiva de la ANPA considera que ni el Concello ni la empresa Núñez Portas estuvieron a la altura de las circunstancias. “Hoy -por ayer- a las doce y media del mediodía sólo había dos deshumidificadores. Y la ANPA, en sólo media hora, consiguió tres deshumidificadores más y dos bombas de calor”. Los padres y los profesores no sólo trajeron materiales -como los deshumidificadores y unas lonas- sino que también trabajaron mano con mano todo el fin de semana secando el interior del centro, trasladando los muebles mojados y evaluando los daños.

También el jefe de Educación en la Xunta criticó a la empresa constructora “porque no hizo lo suficiente para cubrir con los medios adecuados el tejado del centro”, y la directora de A Pastora indicó que “quien está resolviendo el problema es el arquitecto de Educación.