El Hospital de O Salnés ha decidido poner en marcha un sistema de control que impida que se use el área de Urgencias, abierto día y noche, como el pasillo de acceso a las habitaciones donde están ingresados los pacientes.

La medida, además de suponer un control sobre las personas que acceden al centro sanitario, va a aliviar la presencia de gentío en un pequeño recinto en el que el personal facultativo y de enfermería trata de atender al más de un centenar de enfermos que acuden cada día a este servicio.

La fórmula, que se pretende aplicar en uno o dos meses, consiste en acreditar a un acompañante por paciente a través de una tarjeta que llevarán colgada al cuello, de modo que quien no la muestre tiene que salir de las instalaciones.

De este modo se evitan situaciones a veces complicadas debido a la masiva presencia de familiares en un área restringida a los enfermos que precisan tranquilidad y atención inmediata.

Pero a la vez se aminoran los episodios de tensión que en ocasiones se producen cuando un paciente tarda en ser atendido. El jefe de este servicio, Manuel Vázquez Lima recuerda que existe una prelación a la hora de atender a uno u otro paciente en función de la gravedad que presente cuando accede al hospital pues, en estos casos, “no se atiende siempre al primero que llega”.

La medida que está en estudio llega después de aplicar otras que ya han dado buen resultado, y que han aminorado los brotes de violencia que sí han existido hace unos meses, con la agresión a dos médicos del Hospital de O Salnés.

Tras aquellos episodios, la dirección del centro decidió editar unas normas que se distribuyen entre todos los pacientes y acompañantes en las que se recuerda que tienen preferencia los que revistan más gravedad sobre los que menos.

La entrega de estas hojas informativas ha dado tan buen resultado que ya no se han registrado nuevas agresiones ni a médicos ni al resto del personal sanitario. “Es cierto que todas las semanas existe un momento de tensión pero no es lo mismo que antes”, reconoce Tato Vázquez con alivio.

La situación se agravaba en el Hospital de O Salnés debido a que las salas destinadas a Urgencias son de reducido tamaño, por lo que a veces se produce una congestión importante de personas, tanto profesionales, como enfermos y acompañantes de los mismos.

A la vez se incrementa este número de personas con el paso de familiares a las plantas de ingreso, una vez que finaliza el horario de visitas.

La gravedad la determina un ordenador

El Hospital de O Salnés y el de O Barbanza incorporan dentro de quince días el sistema informático de triaje que permite determinar la gravedad de un paciente una vez que accede al servicio de Urgencias. El programa ya funciona en los grades complejos hospitalarios de Ourense, Ferrol, Lugo y Pontevedra, pues su implantación se decidió hace un año por parte de la Consellería de Sanidade, aunque era una demanda de los distintos responsables del servicio.

El programa informático será, una vez que se instale, el que determine las prioridades de atención una vez que el paciente llegue a la entrada y, en una pantalla táctil, describa sus principales síntomas.

Tan pronto se explica el primer motivo, el ordenador realiza un cuestionario al paciente o familiar con el que se determina la importancia del mal que sufre.

El sistema complementa otros servicios recientes que aplica el Hospital de O Salnés y que están dando óptimos resultados como la unidad de Hospitalización a Domicilio o la de Paliativos.

Manuel Vázquez explica que la primera de las unidades tienen un espléndido grado de aceptación pues los pacientes son atendidos en sus propias casas.