En época de vacas flacas hasta las instituciones tienen que apretarse el cinturón. Este año, la crisis incluso se ha dejado notar en el alumbrado de Navidad que, desde ayer, adorna las principales calles de Vilagarcía. El Concello ha destinado una ambiciosa partida de 45.000 euros para costear unas bombillas de bajo consumo que no incrementarán en exceso la factura de la luz en la cuesta de enero.

El alumbrado que marca la cuenta atrás para las fiestas más esperadas del año se encendía ayer por primera vez ante la atenta mirada de la alcaldesa, Dolores García, y varias ediles de la Corporación que no quisieron perderse el momento en el corazón de la ciudad, la Praza de Galicia.

Este año se han colocado, en total, 110 motivos luminosos que permanecerán encendidos de seis de la tarde a once de la noche los días laborales y hasta medianoche los fines de semana y los festivos. De esta forma, y junto con elementos del decorado que se repartieron esta semana desde el Concello, se pretenden incrementar las ventas en una época gris para el comercio local.

De hecho, este año ha sido la administración local la que ha corrido con todos los gastos del alumbrado. Hasta ahora los comerciantes aportaban el 6,5% del presupuesto total de la instalación (unos 3.000 euros), pero en esta ocasión es el Concello el que asume el 100% de los gastos.

A modo de compensación, y para inaugurar el encendido más esperado del año, Zona Aberta repartió ayer más de 250 kilos de castañas entre aquellos que, retando al frío y a la lluvia, se acercaron hasta la Praza de Galicia. Además de una buena ración de castañas en un cucurucho de papel los asistentes pudieron disfrutar de la música de las gaitas y los tambores de Os Terribles de Arousa que animaron el encuentro. Los más atrevidos incluso llegaron a hacer cola de más de una hora para poder degustar el sabor de las castañas del magosto más tardío del año 2008 que está a punto de acabar.