Lo prometido era deuda. Cuando el pasado 4 de abril, el vilaxoanés Xaquín Chaves inauguraba su segunda exposición en la sala Antón Rivas Briones de Vilagarcía, anunciaba ya que la antología perseguida se quedaba coja si los lienzos y esculturas no se completaban con las piezas de pintura sobre papel.

Pero era tanto lo que plasmar desde el 1997 elegido como punto de esa mirada retrospectiva, que incluso la inmensa Rivas Briones se quedaba pequeña y necesitaba el refuerzo de la sala de exposiciones del auditorio. Problemas de disponibilidad de la sala impedían simultanear ambos inicios, lo que acabó siendo una excusa para volver a reunir en torno al arte a amigos y devotos incondicionales del buenhacer de uno de los artistas más consagrados del municipio.

Y de paso, los iba acercando al mar dónde dentro de muy poco, probablemente a mediados del próximo mes, se inaugure su Rosa del Mar, que permanecerá como muestra perenne de su faceta de escultor para dar la bienvenida al navegante desde la ampliación del muelle de Ferrazo.

Antes, sería pecado no echarles un vistazo a las 23 piezas que redondean lo iniciado hace tres semanas en Rey Daviña.