Nuevo urbanismo, un paso más humano

Corren nuevos tiempos en el urbanismo local, con una apuesta decidida por ganar espacio para los peatones que ha marcado el gran medida el año en Deza y Tabeirós-Terra de Montes. Un buen ejemplo de este nuevo concepto se puede encontrar en A Estrada, cuyo casco urbano sufrió una importante transformación en este 2022. La principal apuesta llegó con la peatonalización de su principal arteria comercial –las calles Calvo Sotelo y Ulla–, que se complementó con la reforma de la Praza da Feira y la Porta do Sol. El cierre al tráfico de todas estas zonas obligó a un cambio de mentalidad a nivel urbano, sacando los vehículos hacia el exterior y apostando por los aparcamientos disuasorios.

También a nivel urbanístico, A Estrada vivió este año sus primeros desarrollos al amparo de su nuevo Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM). Tras la zona de A Baiuca –donde se levantó el centro de salud, la escuela infantil y el Lidl– llegó el desarrollo privado de la bolsa de terreno entre las avenidas de Vigo y Pontevedra, con la construcción y apertura del Mercadona. Además, se dieron los primeros pasos para el desarrollo público de los terrenos próximos a la Avenida de América.

Lalín acometió la reforma de las calles Monte Faro y Maruja Gutiérrez, dotadas de plataforma única, pero abiertas al tráfico, igual que sucedió en su día con Principal y Joaquín Loriga.

También en Silleda, la humanizada Rúa do Progreso mantiene la circulación y el estacionamiento de vehículos. El retraso de la obra impidió su estreno hasta entrado el verano. Poco después comenzó la remodelación de la Casa da Cultura para su conversión en nuevo consistorio, con susto incluído, a principios de noviembre, por la caída del andamiaje de la fachada.

Esta tendencia también ha llegado a Vila de Cruces y Forcarei, cuyos concellos destinan cuantiosas inversiones a la humanización de la calle Vázquez y las vías centrales de Soutelo de Montes, respectivamente.