Stellantis Vigo sobrevivió y, un año más, se convirtió en el líder de producción de vehículos de toda España. La factoría, que aspiraba a rebasar su récord de producción, se quedó en un total de 495.000 vehículos, solo un 0,6% menos que en el año del estallido de la pandemia de COVID. El motivo no fue otro que la crisis de suministro de componentes, especialmente de uno ellos: los microchips. La escasez global de semiconductores impactó de lleno en la automoción, con paros continúas en todas las fábricas del mundo que, en el caso de Vigo, se tradujo en una reducción de más de 110.000 coches. Con ello, la plantilla vivió su segundo expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) desde que apareció el COVID en nuestras vidas y, ante las perspectivas de cara al próximo año, la dirección propuso y acordó un tercero. Todo ello en un curso en el que Stellantis Vigo amarró la quinta silueta de las furgonetas K9 con la llegada de la Fiat Doblò, inició la fabricación de las versiones eléctricas y recibió la visita del rey Felipe VI.

El rey y la ministra de Trabajo visitan Stellantis

El rey y la ministra de Trabajo visitan Stellantis A.A.

Desde febrero, la crisis de los microchips afectó a la fabricación de la planta de Balaídos, obligando a paros semana sí y semana también. El origen de esta escasez está en los efectos de la pandemia, momento en el que la demanda de este componente se disparó al formar parte de equipos tecnológicos tan demandados por los confinamientos como ordenadores, tablets o videoconsolas, en especial la reciente Sony PlayStation 5.

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Las proveedoras, principalmente asiáticas, se vieron incapaces de dar abasto y los fabricantes de coches se vieron seriamente afectados debido a que estos semiconductores son empleados en sus sistemas de asistencia al conductor, asientos calefactados o el infoentretenimiento.

La perspectiva es que la escasez se alargue también a 2022, motivo por el que las compañías intentan llegar a acuerdo con fabricantes para no quedarse sin ellos. En el caso de Stellantis, este acuerdo fue con Foxconn, anunciado en la recta final del año.

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En cualquier caso, estos problemas de suministro apuntan a ser pasajeros y su remisión se espera que coincida en Vigo con la llegada de un nuevo modelo. La plena integración de PSA y FCA con el nacimiento de Stellantis dio como resultado una reorganización de las 14 marcas que tiene el grupo. Uno de los movimientos que se rumoreaba señalaba a aunar en una misma factoría los vehículos comerciales ligeros. Y ahí, Vigo tenía todas las de ganar.

Como adelanto FARO en verano, el grupo moverá la producción de Turquía a la ciudad olívica de la Fiat Doblò, que como se confirmó más tarde se integrará en la plataforma K9 que explota la factoría viguesa (junto a la de Mangualde, en Portugal).

La furgoneta del sello italiano se sumará a las cuatro existentes (Citroën Berlingo, Peugeot Partner, Opel Combo y Toyota Proace City) y se convertirá en la decimocuarta que se fabrica en Vigo. Además, se espera que, como el resto, tenga también su versión eléctrica. Precisamente este año Stellantis Vigo fue escenario de la visita del rey Felipe VI por el lanzamiento de la gama electrificada de las K9. El monarca llegó a conducir una de las unidades en la que fue su tercera visita a la planta.

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De igual forma, 2022 aspira a revolucionar el sector de la automoción español debido a la aprobación del proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica (Perte) de la automoción. Está por ver si Vigo y Galicia se podrán ver beneficiados de esta iniciativa con 3.000 millones de euros en ayudas que pretende movilizar una inversión privada de 11.900 millones en torno al vehículo eléctrico y conectado.